Por David Uriarte/

La capacidad no es el tema ni está en duda, cuando la imaginación es tocada por la idea de tener una mujer como gobernadora de Sinaloa, tierra de sierras y valles, tierra de broncos y letrados… para muchos, cuna del narcotráfico y granero de México; para los sinaloenses, su tierra y punto.

No se sabe si la cultura es la fuente del pensamiento o el pensamiento fuente de la cultura, lo que sí se sabe, es que Sinaloa tiene muchas potencialidades intelectuales, hombres y mujeres cuya inteligencia ha puesto el nombre del estado y el país en las marquesinas de la novedad internacional.

La historia política de Sinaloa está marcada por la participación activa de las mujeres, sin embargo, las riendas de la administración pública y política de Sinaloa siempre han estado en manos de los hombres.

De esta realidad se deriva la frase legitima, –ya es hora que una mujer gobierne Sinaloa–. Admiración y/o risas puede generar la frase, pero la reflexión y análisis de la viabilidad, congruencia y oportunidad, deben sustentar el dialogo de la coincidencia o diferencia, es decir, el paso del discurso a los hechos depende de la voluntad ciudadana.

Ya son muchos años construyendo conciencia, hablando de la perspectiva y enfoque de género, buscando espacios para el desempeño femenino… se han modificado las leyes, buscado la paridad, pero resulta, que los espacios privilegiados del poder político como la Presidencia de la República o las gubernaturas en los estados, sólo hay una silla a diferencia de los cabildos, o los congresos.

En Sinaloa debe haber por lo menos cincuenta mujeres que sin duda pueden lograr el consenso de los votantes. Algunas jóvenes, otras no tanto; algunas con poca experiencia, otras con muchísima experiencia; lo cierto es que las mujeres pueden dar la sorpresa y apoderarse de la silla gubernamental de Sinaloa.

El poder es el poder y no se necesita ser muy inteligente para entender y saber que no muy fácilmente lo van a querer soltar los hombres, ese no es el tema… el tema es la inminencia del arribo de las mujeres al poder más allá de la burocracia, la llegada al poder político de los estados y en poco tiempo de la República. Para muchos, utopía, para otros fantasía.