Por David Uriarte /
De alguna manera los humanos somos binarios, gusta o no gusta, duele o no duele, sirve o no sirve, funciona o no funciona… y así sucesivamente todas las variables mutuamente excluyentes. En el nuevo régimen político de México, hay acciones que pueden o no gustar, sin embargo, marcan un antes y después a la llegada de López Obrador.
Se podrá decir que se cambió de nombre, pero los desplantes y la prepotencia del Estado Mayor Presidencial desaparecieron; se eliminó la pensión a los expresidentes, por lo menos en nómina; el presidente actual gana menos que los anteriores; las pólizas de gastos médicos mayores que ostentaban los funcionarios federales de mayor rango, diputados federales y senadores, desaparecieron.
La Unidad de Inteligencia Financiera aún con todos sus atropellos congeló más de 20 mil cuentas relacionadas según ellos con el crimen organizado; hay un aumento significativo del salario mínimo; el INFONAVIT mejoró en mucho las condiciones de los créditos y facilitó las liquidaciones que antes eran impagables; y la joya de la corona del gobierno “morenista”: los apoyos económicos a la clase vulnerable.
Los discapacitados, adultos mayores, becas a niños y jóvenes; apoyo a madres solteras, créditos a la palabra; apoyo a las escuelas a través del comité de padres de familia, jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida; apoyos con muebles a los damnificados, y así le podemos seguir con la lista o la relación de programas que benefician al 55% de las familias mexicanas.
No todo es blanco o negro en el gobierno de AMLO, son más los tonos de grises… esto se parece a lo que pasa en la fiesta -depende a quien el preguntes-, el que bailó dice que la fiesta fue ‘un éxito’, los que no fueron invitados a bailar dicen que fue ‘un fracaso’ aunque no les guste bailar; la inconformidad es propia de la persona frustrada, la alegría propia del beneficiario, en esta lógica.
Los pagadores de impuestos piensan de una manera y los que reparten dinero que no es de ellos piensan diferente, como diferente piensan quienes lo reciben ¿Qué es más fácil, mantenerlos pobres o hacerlos ricos? El grado de dificultad cambia, para hacer ricos a los pobres no sólo hay que ponerlos a trabajar, hay que generar fuentes de empleo bien remunerados y mano de obra bien calificada; ahí está el detalle, ahí está el reto para este y todos los gobiernos.
De que se les pegó una atrasada a muchos ricos, es innegable, de que los mexicanos serán más ricos hay que esperar.