Por David Uriarte /

La peor enfermedad de la humanidad es la ignorancia, su tratamiento: el conocimiento científico; su presentación: la educación.

La educación integral de la sexualidad es la suma de todas las evidencias y posturas que conducen a la salud sexual. El bienestar es posible si las potencialidades de la sexualidad humana expresan armonía, aspectos biológicos, psicológicos, legales, socioculturales, éticos, religiosos y espirituales, que se amalgaman en la construcción de la experiencia única auto percibida de salud y bienestar.

En Sinaloa se viven momentos de transición, la legislatura actual le da tramite a los lineamientos emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación relativos a los temas de la identidad de género auto percibida y la despenalización del aborto.

A fines del siglo pasado y principios de este, las discusiones daban vuelta alrededor del tema de los matrimonios igualitarios, o matrimonio entre personas sin importar el sexo de las mismas, ese tema ya se agotó y los derechos humanos prevalecieron sobre las posturas ideológicas, se impuso el derecho.

Otro tema a principios de este siglo, fue la educación sexual en los libros de texto gratuito en la primaria y las modificaciones a las unidades de aprendizaje en la secundaría en la materia de cívica y ética, donde el tema de la diversidad sexual, la masturbación, y la vinculación afectiva prendieron focos de alarma entre un grupo selecto de padres de familia.

En 1995 se fundó la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología A.C. desde entonces, el trabajo colegiado en materia de educación sexual, es prioridad en todas las asociaciones u organismos que integran la federación, algunas con trabajo específico y puntual sobre condiciones o fenómeno social íntimamente ligados con la sexualidad y sus expresiones.

La Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Salud, las Universidades, especialmente las Facultades de Psicología, los organismos o instituciones de las mujeres, los programas que incluyen niñas, niños y adolescentes, los padres de familia, contribuyen de alguna manera a la educación integral de la sexualidad.

El doctor Jesús Madueña, rector de la UAS; el maestro Héctor Melesio Cuén, secretario de Salud; la doctora Teresa Guerra, titular de la Secretaría de las Mujeres; Graciela Domínguez Nava, titular de la Secretaría de Educación Pública y Cultura; se están pronunciando por el tema de la educación integral de la sexualidad.

La prevención es lo mejor.