Por David Uriarte /

Son muchos los golpes al crimen organizado en los primeros rounds de esta pelea por el ‘campeonato’ de la seguridad pública, el jab, el cruzado, el gancho, el uppercut y el swing, son los favoritos de Omar García Harfuch, ganar un round no es ganar la pelea, pero orienta el sentido final del encuentro.

Muestra del trabajo en materia de seguridad pública en México, son los arrestos de los generadores de violencia, del cumplimiento con algunas peticiones de las agencias estadounidenses como la DEA, la CIA, y el FBI, de las entregas, capturas, o como se le llame técnicamente a la presencia de criminales en las cárceles de Estados Unidos.

Es innegable la presencia y eficacia de García Harfuch, aún con las críticas que se le pudieran hacer, los números hablan por sí solos: miles de detenidos, miles de toneladas de enervantes de todo tipo, miles de vehículos decomisados, cientos de vehículos blindados; miles de armas de todo tipo y calibre, granadas, lanzagranadas, municiones; equipos de radiocomunicación, miles de cámaras de videovigilancia, antenas inhibidoras de señal, equipo táctico, y centros sofisticados de información que alertaban al crimen organizado ante la presencia de las fuerzas armadas en México.

Es probable que por cada cien detenidos sólo uno sea significativo para Estados Unidos, los demás sólo son peones del crimen organizado, aun así, los golpes propinados por la estrategia del gabinete de seguridad, son definitivos y debilitan a cualquier organización criminal, como dicen ellos en su argot, -el gobierno es el gobierno-.

Por primera vez, la SEDENA, SEMAR, GN, y SSPC, se coordinan para enfrentar de manera organizada al crimen organizado, es evidente la desvinculación con las policías locales o estatales quienes sólo participan como observadoras y eventualmente como auxiliares en tareas meramente protocolarias como resguardar la escena del crimen, señalizar y marcar los límites para el trabajo de los servicios periciales o el SEMEFO.

A este ritmo, García Harfuch estaría metiendo tremenda paliza a la delincuencia, puede empatar e incluso perder algunos rounds, pero obtendrá el cinturón de los pesos pesados en materia de seguridad pública, por lo menos, esos son los deseos de millones de mexicanos agraviados por la inseguridad y la ola de violencia en los últimos meses.

Ojalá no haya sorpresas de los jueces no del réferi.