Por David Uriarte /

La diferencia entre los gobiernos o regímenes políticos de los países del mundo, terminan en dos opciones: riqueza y pobreza. Hay regímenes viviendo de la riqueza como Estados Unidos, y países viviendo de la pobreza como México.

Los países que viven de la riqueza, en todas sus operaciones ven como fin el dinero; en cambio los países que viven de la pobreza, en todas las operaciones ven como fin la pobreza.

Mientras para unos países la riqueza y los ricos son su base de desarrollo, para otros su permanencia política en el poder es la pobreza y los pobres.

En Estados Unidos, hasta el Poder Judicial contribuye como parte de sus objetivos, a construir riqueza, las negociaciones con los delincuentes llevan como fin último el ingreso de riqueza para el país, así lo demuestran las negociaciones en los casos conocidos de García Luna, Joaquín Guzmán Loera, Ismael Zambada, y muchos más.

Uno de los intercambios es la libertad o la disminución de penas corporales, delincuentes que podrían haber purgado condenas de cincuenta años, a cambio de información y dinero, en pocos años están en la calle, son gobiernos diferentes.

Regímenes políticos diferentes asumen conductas diferentes, en países como México, Cuba, o Venezuela, por citar algunos, el discurso del bienestar es la cobija que cubre acciones tendientes a empobrecer a sus habitantes, son los pobres y la pobreza el mejor activo para estos gobiernos.

La democracia de la pobreza es más fácil y más redituable, en cambio, la democracia de la riqueza requiere esfuerzo, inteligencia, negociación, competencia, y resultados medibles en dólares, tecnología, y bienestar.

Los gobiernos son diferentes porque sus gobernantes piensan diferente, pero también, son diferentes porque sus habitantes o gobernados piensan diferente. Un país cuyos habitantes pertenecen al régimen capitalista, se levantan pensando en producir, estudiar, hacer, mejorar, en fin… Se hacen responsables de su propio destino.

Un país cuyos habitantes pertenecen al régimen democrático con tendencias socio-comunistas, se levantan pensando en quién les va a proveer, el estudio no es prioridad, privilegian la ley del menor esfuerzo, en fin… Dejan su destino en manos de sus líderes, esperando las limosnas para la sobrevivencia.

Esta es la pequeña gran diferencia entre los países ricos y los países pobres: su forma de pensar y actuar.