Por David Uriarte /
Nadie está obligado a lo imposible, esto significa: “Si lo imposible no puede ser, resulta obvio que deber serlo o deber hacerlo tampoco puede ser”. El destino de los trabajadores activos y jubilados de la Universidad Autónoma de Sinaloa, está marcado por el presagio de una economía cada vez más reducida, -de seguir así, no habrá dinero para cubrir la nómina-.
Así de sencilla está la ecuación, el problema es el dinero, la fuente del recurso es el gobierno federal, gobierno estatal, y recursos propios, la federación ya advirtió a las autoridades universitarias, “o establecen una estrategia para quitar o disminuir ciertas prestaciones, o en pocas semanas el dinero será insuficiente para cubrir la nómina”.
Hace años se hizo un intento a través de un fideicomiso, para dar certeza y viabilidad a la prestación básica o principal de los trabajadores activos y jubilados, algo pasó en el terreno político de aquel tiempo, que se echó para atrás el proyecto y ahora el futuro alcanzó a la universidad y sus empleados.
Es cierto que se debe analizar la posible reingeniería de los recursos humanos, incluso la pertinencia de ciertas unidades académicas, la fusión de ciertas responsabilidades, la renta de inmuebles, y muchas cosas más que se deben revisar para detener el caos inminente por la falta de recursos económicos.
Si la federación no tiene dinero, el estado tampoco, y los recursos propios representan el 1% o menos ¿A dónde va a parar la universidad? ¿Cómo se les va a pagar a los empleados activos y jubilados? Es un trabajo urgente del área jurídica, las representaciones sindicales, las autoridades de la UAS, del estado y la federación, tanto de la SEP, como de Hacienda.
Los derechos sindicales y las prerrogativas adquiridas en el tiempo, son de alguna manera, parte del problema, el conflicto se reduce a dos condiciones: o le dan más dinero a la universidad, o se ajustan el cinturón los empleados activos y jubilados como parte de una reingeniería o estrategia operativa viable, a pesar de las afectaciones inherentes de la estrategia.
Nadie está obligado a lo imposible, si no hay dinero, no hay pago de nómina y prestaciones. Alguien decía, “entonces nos ponemos en huelga”, ponerse en huelga, encadenarse, gritarles a las autoridades o faltarles al respeto, no se traduce en dinero.
Un signo patognomónico de lo que vendrá, es el pago incompleto de la prima vacacional.