Por David Uriarte /
El día de ayer, en conferencia de prensa, el Rector de la UAS, Dr. Jesús Madueña Molina, dio a conocer las condiciones que guardan las finanzas de la institución. Desde hace algunas semanas, han estado trabajando de la mano el área de Planeación, el área Jurídica y Finanzas, con la asesoría de un experto en economía.
El año pasado, la Universidad salió de sus compromisos operativos —principalmente la nómina y el aguinaldo— gracias al préstamo de 482 millones de pesos que facilitó el Gobierno del Estado, por gestión del gobernador Rubén Rocha. A pesar del préstamo, quedaron pendientes con el SAT, el INFONAVIT y el IMSS.
Debido a las limitantes financieras, este año solo se cubrió una parte de la prima vacacional. Después del gasto de nómina, el gasto operativo de la institución representa prioridad, sobre todo al inicio de cada ciclo escolar. Gracias a los proveedores, no se detiene el funcionamiento institucional; sin embargo, la deuda cada vez crece más.
De los poco más de 170 mil alumnos, la SEP solo reconoce 140 mil, y a los alumnos de bachillerato los reconoce para el tema del subsidio al 0.6 en relación con los alumnos de profesional.
En el mes de marzo de este año, la UAS entregó la relación de necesidades a la SEP y a la SHyCP. En junio, el Subsecretario de Educación Superior, Dr. Ricardo Villanueva, le presentó al Rector un estudio actuarial donde le explicó que en el sistema de jubilación de la UAS “nadie aporta nada”, refiriéndose a los jubilados: “lo que no tienes es un fondo de pensiones”. Le recomienda, en función del estudio actuarial, que una forma de salvar la situación es construir un mecanismo o fórmula de jubilación complementaria. Esto consiste en que la Universidad le pagaría al jubilado solo la diferencia entre lo que le paga el IMSS y el salario que percibía en la UAS.
El día de hoy, el Dr. Madueña asiste a una reunión que le gestionó el gobernador Rocha con la Subsecretaría de Egresos de Hacienda. La propuesta es una reingeniería administrativa y financiera que incluye: rediseñar la estructura de gestión organizacional; compactación de programas de estudio; compactación de grupos; fusión de unidades académicas; y catálogo de servicios profesionales. Con esto se reduce el número de escuelas, y eso reduce la burocracia.
También, la propuesta incluye revisar la plantilla del personal académico y administrativo, y detener contrataciones. A los funcionarios de alto nivel se les aplicará un descuento del 10 % como aportación a la reingeniería.
Otro planteamiento al gobierno federal y estatal es el apoyo al subsidio irreductible, con un incremento del 16 %, contra el 2.9 % que propone la federación. El convenio de apoyo financiero de la SEP reconoce solo 40 mil horas de asignatura, y la Universidad paga más de 130 mil horas.
En cuanto a la reingeniería normativa, surge la propuesta de reforma laboral. Esta propuesta se le presentará al sindicato para que, a su vez, se socialice con todos sus miembros.
Hay tres grupos de trabajadores distintos:
Los que ingresaron antes del primero de julio de 1997: de alguna manera, los más privilegiados, porque tienen derecho a la jubilación por la UAS y a la pensión por el IMSS.
Los que ingresaron después del primero de julio de 1997 hasta diciembre de 2015: solo tienen jubilación de la UAS; ya no tienen pensión del IMSS, solo derecho al ahorro de las cuentas individuales de las AFORES.
Aquellos que ingresaron a partir del primero de enero de 2016: no tienen jubilación de la UAS ni pensión del IMSS, solo los ahorros de las AFORES.
Para este último grupo, se propone una retención del 5 % a partir del próximo año, con un incremento del 1 % anual hasta llegar al 10 %, para un fideicomiso con fines jubilatorios, claro, si la propuesta se aprueba.
Otra acción de reingeniería es una retención del 20 % a la nómina del personal con jubilación dinámica. Con esto se armaría el fondo de pensiones.
La eliminación de la prima vacacional es algo que se tiene que hacer: es una observación de las auditorías. La SEP dice que la UAS está pagando una prestación que no se debe pagar. Se tiene que modificar el contrato colectivo y dejar de pagar la prima vacacional a jubilados; para la federación, esto es un desvío de recursos, aunque no todos los jubilados gozan de esta prestación.
También se plantea reducir a 45 los días de aguinaldo para el personal de confianza activo y jubilado, aunque la SEP propone que la reducción sea a 40 días. Los sindicalizados jubilados pasarían, según las cláusulas 76 y 77 del contrato colectivo de trabajo: los académicos, de 55 días a 45; y los administrativos, de 73 días a 45.
Con esta propuesta de reforma, la UAS ahorraría, en el próximo año, 737 millones de pesos. Aun así, este ahorro no resuelve el déficit financiero.
Una sola cosa pide el Dr. Madueña a los universitarios —activos y jubilados—: “solidaridad”.