Por David Uriarte /
Cuando los números revelan una realidad amarga para unos y dulce para otros, siendo la misma realidad, la percepción aparece como juez en la conciencia de los grupos polares. Por ejemplo, cuando se dice que la pobreza ha disminuido, efectivamente, quienes reciben un ingreso que antes no tenían se sienten contentos por estar en otra categoría. Sin embargo, aquellos que no lograron acceder al beneficio perciben la afirmación como cierta, pero distinta.
Hoy, Marcela Figueroa, en su carácter de titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, presentó resultados extraordinarios para México: un estudio que revela una disminución significativa en el mes de septiembre de este año, producto del comparativo con los últimos nueve años. Un 32 % menos de homicidios entre septiembre del año pasado y septiembre de este año.
¿Por qué “triunfos amargos”? Porque, si bien es cierto que los números son los números, la percepción de los sinaloenses —sobre todo a partir del 9 de septiembre del año pasado a la fecha— no coincide del todo con la realidad estadística. Es decir, mientras los números en Sinaloa dicen una cosa, el promedio nacional dice algo diferente. Esto es la inequidad de los promedios.
Nadie puede negar el trabajo extraordinario del gabinete de seguridad encabezado por Omar García Harfuch: se han localizado y destruido más de mil quinientos narcolaboratorios; asegurado más de dos millones de litros y más de 400 toneladas de sustancias químicas. Estos precursores tienen una entrada al país por diferentes aduanas, lo cual es otro tema tan importante como la propia confiscación.
Los triunfos no dejan de ser triunfos: dulces para unos y amargos para otros. Pero, al final del día, lo que cambia es la territorialidad. Es como la lluvia: mientras en unos lugares prevalece la sequía, en otros predomina la inundación por la alta densidad de lluvia.
Se puede resumir y entender que Sinaloa está en la cresta de la estadística, mientras la mayor parte de los estados se encuentran en el valle de la misma.
El único fenómeno reconocido estadísticamente como un retroceso es la extorsión. Sin embargo, la justificación es el fortalecimiento del programa de denuncia: hoy existe un número específico para hacer la denuncia ciudadana con el objetivo de disminuir este delito.
Excepto la extorsión, todos los demás delitos de alto impacto muestran una tendencia a la baja. Así lo dicen los números oficiales.















