Por David Uriarte /
Uno de los grandes conflictos de las sociedades modernas es el uso indiscriminado de medicamentos: antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, fármacos para enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, dislipidemias, obesidad y medicamentos psiquiátricos, especialmente ansiolíticos y antidepresivos. Por algo, la industria farmacéutica representa el mejor negocio después de la guerra. Existen dos grupos bien definidos: quienes viven pegados a los medicamentos y quienes se resisten a usarlos.
Muchos prefieren controlar el síntoma en lugar de atender la causa. Por ejemplo, algunas personas con sobrepeso prefieren tomar medicamento en vez de mantener un estilo de vida saludable. Muchas enfermedades se revierten al modificar hábitos nutricionales, dejar el sedentarismo y, especialmente, reducir el consumo de carbohidratos; sin embargo, muchos optan por usar medicamentos para bajar o modificar parámetros fuera de rango.
Existen registros de enfermedades provocadas por el uso y abuso de moléculas que, en principio, funcionan para aliviar un síntoma, pero terminan dañando órganos que al inicio estaban sanos. De alguna manera, surge una relación adictiva con estas sustancias químicas; incluso hay personas que se dicen “adictas” al paracetamol o a cualquier analgésico. Aunque estas moléculas no producen adicción como tal, algunas personas afirman que no pueden dormir si no los toman.
Por otra parte, existen perfiles que se resisten al uso de cualquier medicamento, aun cuando se demuestra la necesidad de su consumo. Esto ocurre en enfermedades infecciosas que requieren antibióticos específicos, pero los pacientes se niegan a tomarlos. Lo mismo sucede con algunos diabéticos, artríticos, artrósicos, hipertensos o personas con alguna deficiencia glandular que también rechazan los fármacos.
Hay quienes pasan años usando remedios caseros o alternativas terapéuticas que no logran revertir su padecimiento. A veces pierden más que la salud: pierden tiempo valioso para recuperarla. Tomar o no medicamentos es una decisión personal en los adultos; lo que debe quedar claro es el diagnóstico, su causa y hasta dónde el estilo de vida influye en la enfermedad.













