Por David Uriarte / 

“Escoria humana” es un término peyorativo que se refiere a personas consideradas el estrato más despreciable, miserable o deleznable de la sociedad, comparables a residuos o basura.

Es una descripción justa cuando se habla de miserias humanas, de personas dignas de encerrarse en un espacio donde no hagan daño, no lastimen ni causen dolor y sufrimiento.

Al analizar actitudes y prácticas nocivas en la vida familiar o social, aparece un amplio catálogo de conductas inesperadas, conductas que lesionan la confianza y conductas criminales en personas con un perfil aparentemente sano.

De las siguientes características o formas de ser de un ser humano, ¿cuál es la peor? Puede ser que la persona que posee estas cualidades no tenga conciencia de ello o piense que es muy inteligente.

Hay personas envidiosas, agresivas, crueles, egoístas, rencorosas, fanáticas, mentirosas, apáticas, celotípicas, impulsivas, hipócritas, desleales, desagradecidas, inhumanas, violentas y homicidas. Estas son algunas conductas disfuncionales, sociopáticas y enfermizas. ¿Conoces a alguien así?

Todas las conductas que atentan contra la confianza, la seguridad, la vida, la paz, la tranquilidad y la justicia muestran una evolución reptiliana en una sociedad que alberga individuos desfasados de su tiempo, es decir, actitudes cavernícolas e incivilizadas.

La escoria humana se detecta fácilmente; su esquema de creencias no contempla la prudencia, la justicia, la templanza, el respeto, la bondad, la honestidad, la empatía, la solidaridad ni la integridad.

La escoria humana representa la raíz de la conducta sociopática, la causa de la inseguridad pública, la causa de miles de familias enlutadas, de miles de muertes violentas, de tantos homicidios, torturas, tristezas, sufrimientos e intranquilidad; la causa de tanta sangre derramada en nombre del poder y el dinero.

La escoria humana no nace como tal; su entorno crea al criminal. Las condiciones de impunidad alientan a delinquir a quien conoce el reducido porcentaje de posibilidad de que la justicia lo alcance.

La escoria humana funciona como un virus que infecta la salud mental, una fuerza maldita que impulsa la destrucción de la propia especie, una hipnosis que obnubila la razón con un grado de maldad capaz de eliminar cualquier gota de paz.