Por David Uriarte /
A 150 años de su fundación, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) vive dos condiciones; el prestigio de su lema “Sursum versus”, y la turbulencia de los aires que presagian una contingencia en su vuelo, el águila está sorprendida.
A 150 años, después de haber surcado el cielo del conocimiento, formado cientos de generaciones de profesionistas, contribuir al crecimiento y desarrollo de México, especialmente de Sinaloa, después de producir conocimiento para combatir el virus de la ignorancia, después de tantos ventarrones superados, hoy el águila de la UAS está sorprendida por los nubarrones que empañan su destino.
De ninguna manera significa que el águila se intimide, pero la sorpresa es parte de lo incierto, la turbulencia y los nubarrones forman parte de la ruta, la sorpresa se deriva de la contaminación del aire, de la lluvia ácida en la ruta de vuelo hacia la cúspide.
La sorpresa puede ser el combustible para retomar el vuelo en la misma dirección, pero a diferente altura, no es la primera vez que el águila utiliza sus destrezas y su visión para esquivar escollos en su ruta, el águila no es de pleito, prefiere rodear las corrientes de aire contaminado para seguir su rumbo.
La UAS está de manteles largos, su objetivo principal es la academia y la investigación, en eso debe concentrar sus esfuerzos y su dirección, a 150 años, rectores van y rectores vienen, una cosa es la temporalidad de sus autoridades y otra cosa la eternidad de su misión.
160 mil estudiantes es más que un número, es una comunidad “sagrada”, es lo más preciado de cualquier familia; sus hijos, la Universidad es el recipiente que moldea y madura a los adolescentes que llegan a sus preparatorias y a los jóvenes que egresan de sus facultades.
A la UAS le pasa un poco lo que le pasa a la Iglesia en general, la sociedad a veces confunde la diferencia entre la Iglesia como institución y sus representantes o directivos, es posible que un sacerdote o ministro religiosos falle, lo que no falla es la institución, en la UAS puede haber fallas humanas, lo que no falla es la institución.
La emblemática águila UAS, debe mantener su rumbo hacia la cúspide, la sociedad cuenta con una institución educativa que ha soportado el paso del tiempo, la más longeva de las universidades, 150 años dando resultados, por lo menos la mitad de todos los egresados de una licenciatura en Sinaloa, son de la UAS.
El águila necesita tranquilidad.