Por David Uriarte /

La vida esta marinada con el caldo de los afectos, nadie escapa de los vínculos, aunque muchos pueden confundirse con ellos, por ejemplo, enamoramiento, amor, apego y deseo, se mezclan en la conciencia de quien los padece o disfruta.

Los políticos son humanos, una cosa es el grado académico, cargo o puesto en cualquiera de los poderes, da lo mismo estar en el poder judicial, en el poder legislativo, o en el poder ejecutivo, siempre serán producto de una relación de deseo, en el mejor de los casos de una familia vinculada por el amor o sostenida por el apego.

Los escándalos en la vida de muchos políticos están relacionados con su vida de relación, infidelidad, poligamia, deseo sexual, incluso enamoramiento y apego, rompen las cadenas del amor de las relaciones previas para pisar los terrenos inciertos de nuevas aventuras donde el romanticismo se mezcla con deseo y pasión erótica.

No todas las conductas humanas relativas a la atracción sexual tienen final feliz o catastrófico, hay relaciones funcionales por mucho tiempo como hay relaciones disfuncionales eternas, es decir, no existe regla alguna cuando se habla de los vínculos afectivos en cualquiera de sus expresiones.

La primera esposa de Carlos -príncipe de Gales, heredero de la Corona británica-, Diana Spencer, protagonizó una historia que barnizó la política europea igual que la relación de la mujer de 68 años, Brigitte Marie-Claude Macron, profesora de secundaria y esposa de Emmanuel Macron, actual presidente de Francia. Si nos trasladamos a México, la historia registra la vida privada del presidente López Portillo y su inclinación especifica por una dama que no era precisamente su esposa.

En los siglos pasados como en el actual, los políticos han protagonizado escenas románticas, amorosas y pasionales propias de cualquier rodaje, que ya quisiera poner en pantalla el guionista Guillermo del Toro.

Los secretos a voces de las relaciones afectivas de muchos políticos que trastocan más que su intimidad, su fama pública, y vulneran en cierto grado la solidez de sus familias, son más que evidentes… Sin embargo, terminan siendo carne para el caldo de las pláticas de café o temas que distraen de lo esencial.