Por David Uriarte /
Sólo para recordar que sui géneris se usa para denotar aquello que es único, sin igual o inclasificable. Los arranques de campaña a la gubernatura, presidencias municipales, diputaciones locales y federales, incluyendo las regidurías y síndicos municipales, todas tienen un objetivo: llamar la atención y simpatía del votante.
De nada sirven los aplausos cuando los hace el que no tiene credencial de elector -o teniendo- vota en otro distrito, entidad, o por otro candidato, o simplemente no cumple con el deber cívico de votar.
En el camino se ven las diferencias, aparecen las estrategias, innovaciones, tácticas, motivaciones, cualquier intento por llamar la atención del votante.
Los partidos con prerrogativas (dinero), inmediatamente contratan sus espectaculares con una producción majestuosa, estrategas importados y marketing político. Los partidos pequeños en su militancia y sus prerrogativas, buscan la forma de marcar diferencia, tal es el caso de Miguel Calderón y Erika Seamanduras, ellos van por la diputación local en el distrito 11, y la presidencia municipal de Navolato, ambos con la camiseta del partido Verde.
De manera espontánea y sin más neuromarketing que su intuición, el suplente de Miguel Calderón, Marcos Vinicio Verdugo, más conocido como “Marquitos el de la venganza del queso”, empezó a saludar e invitar a los posibles votantes de su distrito diciéndoles: “amigos, soy Marquitos el de la venganza del queso, no se han cambiado, yo ya me cambie al Verde, inga su roña”, no más rollo que una simple invitación con un estado de ánimo alegre y jocoso.
Son muchos los casos donde la mejor publicidad es la novedad del discurso puesto en blanco y negro, o las propuestas viables y pertinentes.
En el desespero, algunos candidatos y candidatas caen en propuestas poco viables, como aquel partido que propone duplicar el sueldo a todo mundo, cosa que es posible desde la oposición más no desde el gobierno, pero sabedor que es imposible ser gobierno, entonces hace propuestas inviables.
Todo se mide por resultados, y el día de las elecciones veremos los resultados del verdadero neuromarketing político.