La motivación es la clave para lograr que la gente participe por gusto y no porque les “toca”
Hoy en día la palabra “servicio” se aplica a varios contextos: servicio a domicilio de un restaurante, servicio al cliente de un negocio, el servicio de un automóvil, etc. ¿Acaso lo relacionaste con la idea de dar apoyo o asistencia a una comunidad?
Paul Harris (1868-1947), fundador de Rotary International, creía firmemente que una organización existe para fomentar el desarrollo y tal desarrollo implica aumentar la capacidad de servir a los demás.
Después, la Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) continúo con su ideología de que “El que no vive para servir, no sirve para vivir”. Años más tarde, Nelson Mandela (1918-2013) con su legado de justicia e igualdad entre los seres humanos demostró que una persona puede marcar la diferencia y propiciar cambios para su pueblo.
Y es que, se necesitan proyectos y actividades parar mejorar la calidad de vida de las comunidades. Para los Rotarios, el ideal de servicio es la base de toda empresa digna, buscando estimular y fomentar principalmente el conocimiento mutuo, la amistad como ocasión de servir; además de la puesta en práctica del ideal de servicio a su vida privada, profesional y pública.
Para que nos quede claro, la cultura del servicio se define como la utilización de las mejores estrategias del recurso humano, técnico y tecnológico que permitan una adecuada y creciente relación e integración entre todos los agentes sociales comprometidos: personas, empresas y comunidades. Significa ayudar a otros, interesarse significativamente por los demás y donde todos salgan beneficiados.
La piedra angular de la filosofía rotaria se concentra en cinco avenidas de servicio que ofrecen oportunidades de servir en el club, la comunidad, el lugar de trabajo, servicio a las nuevas generaciones y servicio internacional.
En mi experiencia dando consultoría y como socia Rotaria, existen cuatro aspectos esenciales en la cultura de servicio:
1.- Compromiso, para estar dispuestos a dar cumplimiento a los nuevos propósitos del proyecto de la organización.
2.- Comunicación, ya que una de las cosas más importantes es que una vez establecidos los acuerdos del servicio, se comuniquen claramente a todos los colaboradores, pues la clave de una cultura exitosa es que todos y cada uno de los miembros del proyecto la adopten como suya y la vivan día con día.
3.- Confianza, tanto dentro de la organización como hacia afuera, para ello debemos ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos, para que esa actitud constante genere empatía entre los miembros de la organización y los clientes.
4.- Motivación para lograr que la gente participe por gusto y no porque les “toca”. La motivación es uno de los aspectos psicológicos que se relaciona más estrechamente con el desarrollo del ser humano. No se caracteriza como un rasgo personal, sino por la interacción de las personas con la situación, por ello varía de una persona a otra y en una misma persona puede variar en diferentes momentos y situaciones de vida.
Por eso, para lograr un proyecto de servicio exitoso se debe crear el entorno de motivación en el que se puedan satisfacer todos los objetivos, aportando su energía, su esfuerzo y procurando que los objetivos individuales coincidan lo más posible con los de la organización.
Estas son sólo algunas estrategias que a través de los años hemos aprendido de la cultura de servicio. El servicio es una gestión que nunca termina, que se cultiva y se promueve como parte del ADN de nuestros proyectos y de las organizaciones.
Trabajemos en ser líderes de servicio al prójimo, personas que trabajan en equipo para entregar lo mejor, ayudando a otros. ¡Cuanto antes participes más pronto contribuirás a mejorar el mundo!