Por David Uriarte /
Mañana, viernes 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental.
La salud física es importantísima, pero la salud mental es la piedra angular sobre la que se construye la felicidad o el bienestar. Tener mucho dinero satisface muchas necesidades; tener juventud representa, teóricamente, reservas de vida. Dinero, familia, pareja, hijos, trabajo, amigos e incluso grados académicos son valiosos, pero sin salud mental, la condena suele ser el fracaso personal y familiar.
La salud mental no se refiere únicamente a la ausencia de brotes psicóticos o a la locura como tal. Se trata de la capacidad de pensar, de sentir, de percibir y de comportarse de tal forma que los impulsos logren cierto control a través de la razón y el juicio.
Existe una ecuación que debe mantenerse equilibrada para lograr una salud mental funcional. Esta se basa en la relación entre:
- La capacidad de razonar o abstraer,
- La capacidad de controlar los impulsos, principalmente los de ira y agresión,
- La capacidad de regular las emociones de cualquier tipo, y
- La capacidad de socializar, es decir, de empatizar con los demás y tener habilidades para sumar en lugar de restar.
La salud mental es la raíz del éxito o del fracaso, tanto personal como social. El índice de criminalidad y los delitos de alto impacto solo surgen en mentes enfermas o disfuncionales.
Qué bueno que existen instituciones respaldadas con presupuesto para operar en contra del delito; no tan bueno que no se preste suficiente atención a la salud mental de la sociedad en general, y particularmente, a la de las fuerzas del orden.
La salud mental es la carretera por donde transitan la conducta y el pensamiento. Se hace lo que se hace, o se deja de hacer lo que se deja de hacer, por una salud mental funcional o disfuncional.
¿De qué se queja la sociedad? De muchas cosas, principalmente de la inseguridad.
¿Dónde se construyen las mentes prodigio? En el mismo lugar donde se construyen las mentes enfermas, criminales o destructivas.
En la salud mental participan fenómenos biológicos y hereditarios, pero también, y en gran medida, influyen la enseñanza y los modelos de conducta que provienen de los padres o de los adultos cercanos. Ellos son el primer molde de los más pequeños, quienes aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan.
El Día Mundial de la Salud Mental es un grito desesperado a los oídos de la sociedad en general, y de los padres en particular.