Por David Uriarte /
Muchas son las críticas que recibe el presidente López Obrador sobre las actividades aparentemente extracurriculares de las Fuerzas Armadas, tanto de la SEDENA como de la MARINA, ante esto surge una pregunta: ¿Será que las fuerzas armadas tienen muchos elementos y hay que aprovecharlos como mano de obra?
La decisión presidencial puede tener muchas lecturas, una de ellas se deriva del objetivo propio de la creación de las Fuerzas Armadas que en resumen es salvaguardar la soberanía del Estado Mexicano y la paz nacional. Hace años la soberanía no está en riesgo, aunque otros dirán que la soberanía nacional siempre está en riesgo.
Lo evidente es que López Obrador metió de lleno a las Fuerzas Armadas en tareas civiles como auxiliares de la seguridad pública, constructores de obras faraónicas como el aeropuerto Felipe Ángeles, responsables de puertos y marina mercante; aduanas, distribución de insumos para la salud específicamente los biológicos para la pandemia… Y ahora, está pensando según lo expresó esta semana, hacerlos responsables del abasto de medicamentos en general y especialmente los relativos al cáncer.
Si darles tareas como el abasto de medicamentos es garantizar el restablecimiento de la salud de los mexicanos enfermos, entonces el Presidente se está tardando en hacerlo.
El tema inherente a las nuevas tareas de las Fuerzas Armadas es la paz nacional; un país convulsionado por la violencia, con calles inseguras, donde los mejores negocios lícitos son los servicios funerarios y los panteones, es un país en crisis social y política.
Es preferible que las Fuerzas Armadas regresen a sus cuarteles si con esto regresa la seguridad y la paz social, por lo menos a los indicies que tenía México antes, en el periodo neoliberal.
Hoy decía una sobreviviente de cáncer de mama, “no me importa quien me traiga el medicamento, lo que quiero es que me lo den, no debo interrumpir el tratamiento, de eso depende mi sobrevida”.
El centro de la discusión y análisis debe ser el abasto oportuno de los medicamentos, no quién lo transporta, igual puede ser una empresa privada que una institución de gobierno como las Fuerzas Armadas.
