Por David Uriarte /
Muchas cosas suceden en el ámbito político que la sociedad no logra entender, mientras la realidad cabalga por una calle llena de baches, el gobierno intenta construir la percepción de una calle cuyo pavimento es transitable con tal armonía que el sueño profundo de un niño de brazos no se interrumpiría.
Al hacer un recuento del estado de pérdidas y ganancias sociales, hay conflictos que solo les abonan a las pérdidas, con el tiempo, los involucrados en dinámicas de desgaste político, no encuentran la forma de terminar los procesos de defensa de los pleitos cuyos costos sociales son muy altos.
Los asesores dejan “encampanados” a sus aconsejados, se van a dormir tranquilamente mientras los actores políticos dan la cara a sus gobernados o representados… sobar el ego propio del poder, resulta peligroso cuando de confrontaciones políticas se trata, no hay necesidad de ser tan obvios cuando se arrastran complejos por rencillas añejas que involucran a inocentes.
En el caso de la UAS y el gobierno del Estado, el Congreso prendió el fuego y corrió, ahora no le alcanza el agua al Gobierno para apagar el incendio ¡habrá necesidad! De cada cien publicaciones en los medios relacionados al conflicto UAS-GOBIERNO, noventa implican al Gobierno del Estado y el resto apenas se acuerdan de la génesis del problema, el Congreso del Estado cumplió a carta cabal, no se manda solo.
Hay varios caminos para dar por terminado el conflicto, uno de ellos, es darle largas al asunto para salvaguardar la dignidad de la legislatura que dio origen al conflicto, esperar que la nueva legislatura enfrente la resolución de la suprema corte y dar por terminado el problema.
Mientras el tiempo transcurre, los daños colaterales en ambas partes cobran su cuota, una cuota de desgaste, desprestigio, y desenfoque de sus objetivos sociales, a veces no se dimensionan los alcances de una perversidad, revancha, frustración, u ocurrencia, hasta pagar las consecuencias.
El conflicto ya escaló niveles internacionales dejando en evidencia la incapacidad de negociación política, tocó la esfera del poder judicial federal, la esfera del poder ejecutivo federal, sobre todo, alcanzó la esfera de la conciencia social, lo que sigue es proteger la dignidad institucional, aprender de la experiencia, y guardar la soberbia para otros menesteres.
Asesores ¿Habrá necesidad de tanto desgaste político?