Por David Uriarte /
10 de octubre de 1974 (edad 46 años), y 15 de junio de 1949 (edad 71 años), son las fechas de nacimiento de Mario Zamora Gastélum y Rubén Rocha Moya, 25 años de diferencia, un poco más de una generación.
Mario Zamora era un adolescente de 19 años cuando Rubén Rocha Moya era Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la juventud sin duda es una variable a favor de Mario, mientras la experiencia es otra variable a favor de Rubén.
La apuesta del electorado puede ser a favor de la juventud o a favor de la experiencia, eso se sabrá el día de la elección. Miembros y simpatizantes del PRI, PAN, y PRD, en teoría saldrán a votar a favor de Mario Zamora, lo mismo harán los miembros y simpatizantes de MORENA y el PAS.
Si la historia se repite, los de MORENA volverán a votar por la experiencia, eso es lo que hicieron en 2018 con Andrés Manuel López Obrador, en la contienda entre López Obrador y José Antonio Meade, la diferencia de edad o la brecha generacional es de 16 años, (13 de noviembre de 1953, y 27 de febrero de 1969).
Además del modelo representativo en las elecciones para presidente, donde el patriarcado se impuso, en este proceso de elecciones intermedias en Sinaloa, hay que considerar el fenómeno del PAS, un partido donde su líder tiene 65 años (25 de octubre de 1955), -dos años menor que López Obrador- un partido donde miembros y simpatizantes en teoría son personas estudiadas y estudiosas, dado que su líder es universitario y exrector igual que Rocha Moya.
Si un porcentaje de la comunidad universitaria, alumnos, empleados y jubilados, se inclinaran a favor del exrector Rocha, y la sinergia del otro exrector líder del PAS también se manifestará a favor de Rocha, es posible que los números con su frialdad, aniquilen las pasiones térmicas de una juventud impetuosa.
Todo está en las manos del que ejerce el voto, pero el voto no surge de las manos, surge de una representación psicológica en el cerebro de los votantes, por eso las pasiones paternalistas pueden seguir imperando y favorecer la figura de un padre, como sucedió también en Estados Unidos con Joe Biden a sus 75 años.