Por David Uriarte /
La prueba de fuego para el Secretario de Salud en el gobierno del doctor Rocha Moya, no es precisamente política; es operativa.
Incorporar a las más de trescientas unidades de atención medica primaria, incluyendo los hospitales en Sinaloa, es operar la confluencia de muchas variables… desde el mantenimiento preventivo y correctivo de la infraestructura de los centros de salud y las unidades hospitalarias, el equipamiento, los consumibles, medicamentos, pero, sobre todo, el personal administrativo y médico. A eso hay que agregar la categoría de sindicalizado y de confianza más los servicios subrogados.
No se pueden violentar los derechos de los trabajadores, ese es un principio básico de los derechos humanos, sin embargo, una aspiración legítima de los trabajadores de la Salud es la homologación del salario, ese es un tema agudo en la austeridad de la 4T.
El maestro Zoé Robledo director general del IMSS, envió al secretario general Marcos Bucio a Sinaloa con un sólo objetivo, operar la transición de las unidades de la Secretaría de Salud al IMSS-INSABI, esta tarea tiene por lo menos dos o tres fases, la primera es la revisión de las unidades con sus alcances y carencias, la segunda es el control de la utilización, y la tercera es la pertinencia de la operación incluyendo clima laboral.
Aunque el objetivo es el mismo, los manuales de operación y profesiogramas del IMSS y de la Secretaría de Salud tienen diferencias, aquí está uno de los principales retos en la unificación de criterios administrativos y operativos y la primera señal de alerta para el personal sindicalizado que buscan conservar sus derechos, y si es posible, aumentar sus ingresos no su carga de trabajo.
Cuén meterá el acelerador a fondo, a estas alturas ya le dio tres vueltas a la geografía sinaloense conociendo y revisando el estado físico de los centros de salud y hospitales, las condiciones laborales de los trabajadores y los avances del programa de vacunación.
Cuén se reunió ayer de manera virtual con el director del IMSS y presencial con Marcos Bucio, hoy desayunó con el gobernador Rocha para después atender las reuniones agendadas.
La prueba de fuego para Cuén consiste en operar rápido la fusión de los servicios de salud porque el tiempo político apremia.