Por David Uriarte /

El virus no infecta ni al título de médico ni al nombramiento de Secretario de Salud, el coronavirus infecta la humanidad de cualquier persona que se encuentra a su paso, primero se anida en sus vías respiratorias y dependiendo del estado de salud, empieza a dañar las vías respiratorias especialmente los pulmones.

Dos condiciones son indispensables para enfermarse de COVID-19: el virus y un organismo débil inmunológicamente. En las pandemias, el virus está casi en todas partes, más en los lugares de alta concentración social, sin embargo, como se explica que miles y miles de trabajadores del sector salud, están todos los días por la naturaleza de su trabajo, en contacto con el virus y no se infectan, o si se infectan no se enfermen, o si se enferman no se complican, o si se complican no fallecen.

Todas las personas que se infectan, enferman, y sobreviven al SARS-CoV-2, son inmunológicamente fuertes, con un estado físico y mental que los re-categoriza en la escala de la especie humana como biológicamente aptos para dejar sus genes a las siguientes generaciones.

Aquellos enfermos que superaron al virus y quedaron con secuelas, con lesiones que cambiarán su vida, destino y pronóstico, son una muestra de que la especie humana se clasifica en tres categorías: los aptos para adaptarse y sobreponerse a los cambios naturales de la vida, los que evolutivamente están degenerando su naturaleza genética, y los no aptos para la reproducción de sus genes, o con mutaciones genéticas degenerativas.

La degeneración de la fortaleza del sistema inmunológico o de la defensa biológica del humano, nada tiene que ver con la parte cognitiva, una persona puede estar lúcida mentalmente aunque físicamente tenga deficiencias que lo mantienen en la población de riesgo para enfermedades contagiosas.

Los médicos pueden ser una luminaria en materia de salud pública, o políticos con buen desempeño, sin embargo, la salud física y su suerte puede estar marcada por un sistema inmunológico deficiente que lo dejará en el camino como le pasó al Dr. Jesús Enrique Grajeda Herrera, Secretario de Salud de Chihuahua. DEP.