Por David Uriarte /
La sequía es un fenómeno mundial, el cambio climático negado por muchos, está afectando poco a poco los mantos freáticos, el ciclo de lluvias no abastece al subsuelo y en consecuencia las presas drenan su contenido más rápido de lo planeado y así empieza a escribirse el prólogo de una historia fatal para la humanidad.
México no escapa a la realidad mundial, ya hay estados en alerta roja… dejar de bañarse es lo de menos, dejar de tomar el vital líquido es una sentencia de muerte a corto plazo.
Sinaloa es un estado privilegiado por muchas condiciones que lo hacen único, sierra, valles, costa, ríos, mar, tierras de cultivo… por algo se le conoce como el granero de México, relativamente cerca del país más poderoso del mundo.
Sinaloa no llega aún al nivel de riesgo que viven Nuevo León o Coahuila en materia de sequía, sin embargo, la densidad de las lluvias no garantiza que no habrá problemas en la captación de agua en las presas.
Culiacán representa la tercera parte de la población de Sinaloa, gracias a la extraordinaria administración de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (JAPAC), el suministro y la racionalización del vital recurso mantiene a la población confiada y tranquila, sin embargo, no descartemos un semáforo ‘amarillo’ que ponga en alerta el suministro del agua para el consumo humano.
Garantizar el suministro de agua potable y el saneamiento a las próximas generaciones del municipio de Culiacán, satisfacer las necesidades de nuestros clientes y que los indicadores de gestión nos coloquen como Organismo Operador Líder en el país, esta es la visión de la JAPAC que dirige de manera extraordinaria el ingeniero Jesús Higuera Laura, que bueno que hay buena administración, pero ¿de qué sirve una buena administración si el recurso se agota?
No se trata de generar pánico entre la población, se trata de crear conciencia del cambio climático. Lo que se veía como de película, ya nos alcanzó, es una realidad, el agua se agota poco a poco, los primeros estragos de la sequía en las zonas serranas ya se registraron; la esperanza empieza a mostrar su evidencia con las lluvias en la zona serrana, sólo hay que esperar que la densidad o cantidad de lluvia sea suficiente para recargar los mantos freáticos y subir los niveles de las presas.
Morir de sed no es el título de una película, es la posible sentencia de la naturaleza cuando se atenta contra ella, es momento de contribuir y tomar en cuenta la cultura del agua, cuidémosla.