Por David Uriarte /
El lenguaje técnico es para los técnicos, el lenguaje sencillo y llano es para la población en general. Es fácil entender las cosas cuando se plantean de forma clara y práctica, por ejemplo, el dialogo de los médicos puede ser: -la paciente presenta un eritema bien localizado de pronóstico benigno a corto plazo sin abordaje terapéutico-, esto quiere decir que la persona tiene una mancha roja que se le quitará sola en unas horas o días sin ningún tratamiento.
Algo parecido está pasando con el lenguaje usado en la pandemia del coronavirus, especialmente cuando se habla de las pruebas para saber si se está o no contaminado. Para fines prácticos, hay dos tipos de pruebas: la que se toma con un tipo de “palita” por un poro de la nariz y la garganta, para saber si se tiene el virus; y la que se toma en sangre para saber si la persona ya estuvo en contacto con el virus.
Podemos decir que la de nariz y garganta nos dice si tenemos en ese momento el virus, y la de sangre nos dice si ya lo tuvimos. Así que dejemos de enredarnos con términos como PCR, IGM, IGG, REACCIÓN EN CADENA DE LA POLIMERASA, INMUNOGLOBULINAS M, INMUNOGLOBULINAS G, mejor entendamos que una prueba nos indica contagio en esos momentos y la otra, contagio superado.
Otra cosa que está pasando con frecuencia es que la prueba sale negativa, y la persona enferma o incluso muere, y los familiares se quedan con la duda. En estos casos, lo que puede pasar, es que las personas se someten a tratamiento empírico, es decir, ellas o el médico les receta medicamentos antivirales (para los virus), antibióticos (para las bacterias); antinflamatorios (para la inflamación), analgésicos (para dolor), o antitrombóticos (para evitar o prevenir la coagulación). Y la administración de antivirales puede negativizar la prueba, lo que se llama en lenguaje técnico “un falso negativo”, esto quiere decir que, teniendo el virus la prueba no lo detecta.
Por eso, hay tanta confusión entre los enfermos y familiares; caso aparte son los enfermos, pero de ansiedad, los que tienen miedo o pánico a contraer el virus, sienten todos los síntomas incluyendo la fiebre, y no tienen nada.