Por David Uriarte /

Muchos padres se sienten orgullosos por el despegue meteórico de sus hijos, aunque su fortuna se derive de actividades ilícitas, incluso lo presumen; otros padres, al darse cuenta del origen obscuro de la riqueza de sus hijos, se avergüenzan, esto significa que lo mismo puede tener ópticas opuestas, depende de los ojos que lo ven.

Lo mismo ocurre con la política del presidente López Obrador, ante sus hechos o sus dichos, hay quienes lo ven como el redentor que vino a salvar a México, es un honor y un orgullo… Otros, piensan que lo peor que le puede estar pasando a México y los mexicanos, son las políticas públicas del presidente, sienten vergüenza ajena ante la postura de AMLO en el mundo.

Uno de los ejemplos que dibuja el contraste entre el orgullo y la vergüenza o las posturas encontradas de muchos mexicanos y analistas políticos, es la visita del presidente de México a los Estados Unidos donde participará en una cumbre de primer nivel.

A la llegada de AMLO a tierras norteamericanas, su seguridad corre a cargo del Servicio Secreto de los Estados Unidos, se hospedó en un hotel de mediana clase y no pudo dejar de lado la oportunidad de abrir la ventana de su habitación y saludar a los mexicanos que desde la banqueta le aplaudían, le llevaron mariachi y se convirtió en fiesta de unos minutos con significado político internacional.

El discurso improvisado del Presidente fue específico, exaltar a los mexicanos que trabajan en Estados Unidos, y agradecerles el dinero que envían a México; hasta esta parte de la historia todo suena y se ve de maravilla, sin embargo, cuando se analiza el fenómeno de la migración y el envío de dinero a México, el resultado deja de ser tan espectacular.

Mas tardó el Presidente en salir por la ventana de su recamara para felicitar a los mexicanos trabajadores en USA, que algunos analistas políticos y económicos en decir que los treinta millones de mexicanos radicados en aquel país se fueron de México por falta de oportunidades, y que las remesas sólo reflejan la asimetría en las economías de un país primermundista y las políticas económicas de México derivadas de las políticas del nuevo régimen.

El espíritu de trabajo de los paisanos se refleja en el dinero que envían a sus familias en México, aquí radica el orgullo… la vergüenza radica en la causa por la que emigran de su país, si todo estuviera bien, aquí seguirían.