Por David Uriarte /

Las parejas aguantadoras, sufridas, sumisas, apegadas, con miedo a la separación, y una necesidad exagerada de sentirse cuidadas o protegidas; son parejas dependientes.

Los humanos piensan, se emocionan, se relacionan entre sí y reaccionan a las frustraciones, todas las funciones cerebrales son importantes, sin embargo, el pensamiento y las emociones ocupan las primeras butacas de una vida funcional.

El pensamiento de la pareja dependiente anida ideas y creencias catastrofistas, ideas de minusvalía, ideas negativas relacionadas con su valía y autoestima, pensamientos ansiosos acerca del abandono; en fin, los dependientes piensan que ellos solos no pueden con la vida, que necesitan compañía aunque esta sea tóxica.

Si piensan que no sirven para cuidarse ellos mismos, entonces necesitan a alguien, este pensamiento activa las emociones y sentimientos de miedo.

Por eso tienen miedo al abandono y no pueden tomar decisiones por ellos mismos, no pueden expresar el desacuerdo en la vida cotidiana por temor a perder el apoyo de la pareja.

Incluso cuando alguien les apoya para iniciar un proyecto, siempre lo postergan por miedo al fracaso o la no a probación de los demás, hacen cosas que les desagradan sólo para mantener cerca al cuidador transformado en pareja.

Al dependiente le aterra el sólo hecho de pensar en la soledad, el saber que va estar solo aunque sea por unos días porque se cuestiona ¿quién me cuidará?

Por eso, muchas personas no crecen en su área profesional porque viven con una pareja dependiente que no los deja ni a sol ni sombra.

Estos hombres y mujeres dependientes, cuando viven en pareja, hacen hasta lo imposible por mantener su relación, y cuando se separan, buscan con urgencia otra persona para construir más que una relación, una dependencia donde sentirse cuidados, apoyados y protegidos.

Los dependientes buscan estar cuidados más que tener una relación, es decir, la relación no es fin, sólo es el medio para conseguir cuidador.

Claro que estas personas dependientes no son retrasadas mentales, sólo tienen la creencia que deben ser cuidadas por otras personas en las que depositan más que su confianza, su vida.