David Uriarte /
La maternidad y la paternidad son sentimientos que se transforman en acciones, omisiones, competencias, comparaciones, frustraciones, necesidades, reconocimientos, rencores, o ausencias.
La paternidad biológica no induce una simetría con la paternidad psicológica, la fecundación se deriva de un acto mecánico coincidente con la ovulación y la eyaculación fértil del hombre al margen de los sentimientos, es decir, igual se embaraza una mujer en estado etílico, por violación, o en medio de los sentimientos sublimes de una pasión dual que se transforma en hacer el amor y no en tener sexo.
De la fecundación surge un embarazo que sugiere una vida prenatal como espacio indispensable para el nacimiento de un nuevo ser que lleva implícito una madre y un padre biológico; la paternidad como sentimiento no surge necesariamente de la fecundación, surge de la conciencia del vínculo afectivo con la madre, de la empatía con ella y su embarazo o su hijo, la paternidad no es una condición psicológica obligada, existe un espectro que va desde la ausencia de sentimiento alguno en relación al embarazo o el hijo, hasta la felicidad completa cuya pieza del rompecabezas que la determina, es precisamente el embarazo transformado en un nuevo ser.
Hay paternidades omisas, irresponsables, paternidades presentes en el tiempo, pero ausentes en los afectos y sentimientos, también hay paternidades que compiten con la madre por el amor de los hijos; paternidades que pretenden medirse por los esfuerzos físico, económicos, de cuidado, de tiempo, de proveeduría; paternidades que inducen frustración por asumir un nuevo rol que no querían por lo menos no en ese momento.
No existen las paternidades estándar, la paternidad no es un modelo de conducta derivado de expectativas sociales, familiares o de pareja, es un sentimiento único cuya manifestación se deriva de dos condiciones; una biológica y una psicológica.
Tan importante la biología como los aprendizajes, los hombres con niveles bajos de vasopresina y altos en testosterona, son hombres con una paternidad muy desapegada, son hombres que no soportan el cuidado físico de sus hijos, en cambio, un hombre con niveles altos de vasopresina, una neurohormona que se produce en el cerebro, con niveles bajos de testosterona, es un hombre con una paternidad envidiable por muchos y muchas.