Por David Uriarte /
No es posible establecer un perfil psicológico de una persona solo por sus dichos y comportamientos, hay que conocer su historia de vida, sus significados y representaciones ante las carencias de vínculos afectivos, sus apegos, limitaciones, satisfacciones, realizaciones, o expectativas cumplidas o incumplidas.
Desde la distancia, con lo socialmente conocido, una mujer de 60 años, hasta donde se sabe tiene dos hijos y una pareja con la cual ha convivido más de 30 años en unión libre, empresaria desde la década de los noventas del siglo pasado, con incursión en la vida pública desde su participación en el gobierno de Vicente Fox.
Impulsiva, franca, a veces sin filtro en sus respuestas, espontánea, racionalmente inteligente, con claridad cognitiva, con un lenguaje descortés, desatento, a veces indecoroso que conecta con ciertos grupos de la población y le genera animadversión con otros.
Mujer independiente, activa, a veces centrada en los demás y en consecuencia abandonada de sí misma como una forma de enfrentar y evadir su realidad en el terreno de las recompensas afectivas, Xóchitl muestra clínicamente una soledad cubierta por la sonrisa fácil, eso no la hace ni buena ni mala, solo deja constancia de su historia emocional y su capacidad para compensar vacíos y necesidades afectivas.
Las personalidades extrovertidas pueden tener rasgos histriónicos, antisociales, narcisos, y límites o “border line”, se caracterizan por su gran capacidad para socializar con riesgos de tocar el terreno de la inestabilidad en las relaciones interpersonales, impulsividad intensa, emotividad excesiva, también pueden tener necesidad de admiración y falta de empatía.
Sin tratar de establecer con certeza un perfil psicológico, mucho menos hablar de una patología o trastorno, solo transpolar los rasgos conductuales de Xóchitl Gálvez a la clínica, se puede entender la agilidad de sus respuestas, más cuando su perfil académico es la ingeniería, acostumbrada al razonamiento lógico y a los manuales de procedimientos; Xóchitl tiene un potencial que si no lo dosifica la puede desbocar o descarrilar en sus aspiraciones políticas rumbo a la silla presidencial de México.
Dirigir el destino de un país desde el cerebro femenino es psicológicamente interesante, si eso sucede, los hombres adultos tendrán su regresión a la niñez recordando su figura materna y reviviendo sus vivencias.