Por David Uriarte

En poco más de medio siglo de su existencia, la Sección 53 del sindicato de trabajadores de la educación, experimenta un proceso histórico en la forma de elegir a su nuevo dirigente.

Sinaloa como muchos estados de la República, mantiene una dinámica de cambio político-sindical y político-partidista, la llegada de MORENA a la gubernatura rompió esquemas e inercias, todo indica que las cosas van en serio a pesar de las críticas al nuevo régimen de gobierno.

‘Cambio de modelo’ significa buscar los mismos objetivos sociales con otro enfoque, otra visión y otros paradigmas; la transición sana, tranquila o ‘planchada’ como se dice en el argot político cuando todo está arreglado y seguro, parece no ser el caso en este proceso de sucesión del liderazgo sindical de la Sección 53.

Hay lagrimas que expresan preocupación, hay tensión organizacional, el clima laboral mantiene una ebullición salpicada de interés y asombro por la vida sindical, muchos le apuestan a un antes y un después con la llegada del gobernador Rocha.

El modelo de elección donde el voto se representa por delegados parece haber llegado a su fin. El voto individual hace su arribo y con ello las novedades también, es decir, el voto individual puede ratificar los liderazgos o sorprender a propios y extraños, como sucedió en las elecciones presidenciales del 2018 o estatales en 2021.

Uno de los problemas que enfrenta este proceso electoral son las emociones, hay que recordar que los resultados no serán producto de las emociones como tal, será producto de la voluntad, de la libertad y de la conciencia individual cuya suma se medirá en las urnas.

Corajes, odios, resentimientos, calumnias, denostaciones, infundios, mentiras, imprecisiones, rumores, o conductas más que inmorales delictivas, deben ser superadas por la razón, la evidencia es el espíritu de la verdad y no las buenas intenciones.

La Sección 53 de Trabajadores de la Educación pasará a la historia como una organización cuya unidad se medirá en este proceso electoral, los aplausos hay que reservarlos para festejar dentro de tres días el triunfo de la democracia.

No es el Gobernador el que vota en este proceso, pero sí influyen sus comentarios, sus señales, los signos de apoyo o rechazo a los liderazgos actuales; los trabajadores de la educación están al pendiente de lo que pasa en el tercer piso del Palacio de Gobierno.

Las matemáticas en este proceso de relevo de dirigencia sindical darán su veredicto, las emociones también se verán en la urna.