Por David Uriarte /

En tiempos de campañas políticas, lo más fácil es prometer, estando en el poder… lo más difícil es cumplir. De estas polaridades se deriva la traición, traiciona el ciudadano que promete a todos los candidatos votar por ellos y eventualmente no asiste a la casilla a votar, traicionan los candidatos que prometen dar solución a la problemática social planteada en campaña; los procesos electorales se convierten en un mundo de promesas y traiciones.

La confianza es el síntoma que presagia la derrota o la traición, todos los candidatos aseguran su triunfo, es un discurso triunfal en cada entrevista, alguien les vende la idea de la seguridad en sus expresiones y la compran, finalmente los que terminan ganando son los asesores políticos encargados de aplaudir todos los días las maravillosas virtudes de los candidatos transformados en clientes efímeros.

Los innovadores del marketing político saben las limitantes de sus productos, saben de la competitividad, conocen las limitantes o la baja rentabilidad de candidatos de “relleno”, sin embargo, trabajo es dinero.

En tiempos de campaña hay un concepto que cobra vigencia en silencio, como una sombra amenazadora y salvadora al mismo tiempo, -el milagro-, así como hay presidentes municipales que nunca se imaginaron llegar a la silla del poder, pero un milagro político los ungió, así es como muchos suplentes ven transformados sus sueños en realidad, los milagros a veces son producto de tragedias como en los casos donde se consigue una candidatura y después un triunfo derivado del asesinato de un compañero o compañera de partido.

Tiempos de promesas y traiciones son los tiempos de campañas políticas, esto es entendible y de alguna manera esperado, lo que no es entendible y esperado son los tiempos de amenazas, secuestros, y asesinatos de actores políticos encaminados en la contienda electoral con miras al 2 de junio.

Tiempo, dinero y esfuerzo están quedando diluidos en los días de campaña, problemas imposibles de resolver son planteados todos los días por habitantes que saben perfectamente que no serán resueltas sus peticiones, también, promesas imposibles de cumplir, son pronunciadas todos los días por candidatos conscientes de su promesa falsa.

Los candidatos prometen sin garantía de cumplimiento, los ciudadanos comprometen su voto sin garantía de cumplimiento.