Por David Uriarte /

Las iniciativas presidenciales que modifican la Constitución y algunas leyes secundarias, son temas que poco interesan a gran parte de la sociedad, unos por viejos y otros por jóvenes. Los viejos piensan en disfrutar sus últimos años de vida, poco les interesa la ley de amnistía o las condiciones por las cuales el Presidente pueda decidir exonerar a cualquier preso que purgue la peor de las condenas por el peor de los delitos.

Los jóvenes que gozan de su libertad, piensan en todo, menos en la Ley de Amnistía, su lógica les dice que piensen en ese tema los presos o sus familiares. El tema de las Administradoras del Fondo para el Retiro (AFORE), y las pensiones, solo preocupa a los próximos a su jubilación y pensión, aquellos que están precisamente esperando su dinero como retribución a tantos años laborados, los jóvenes y los nuevos esquemas de jubilaciones y pensiones, están más allá del bien y del mal, es decir, tienen un interés por el tema muy disminuido.

Los cambios en la ley de amparo, tiene muy contentos o muy preocupados a los abogados, a los del poder judicial, a los que litigan y utilizan el recurso de amparo, pero los viejos cuya conducta esta fuera de la delincuencia, los jóvenes cuyo pensamiento no les da para reflexionar sobre el tema, ni siquiera se acercan a la discusión, les parece aburrido, sino que ocioso, como siempre y como en todo, las excepciones confirman las reglas.

Mientras los viejos y los jóvenes se mantienen al margen de las iniciativas, sus discusiones, aprobaciones y aplicaciones, en la cámara de diputados y senadores, los partidos políticos y los representantes sociales se tiran hasta con la cubeta, es decir, sacan a relucir en sus discursos las más profundas motivaciones, pasiones, e intereses políticos que los conviertan en activos rentables para la siguiente tarea partidista.

Se podría esperar una discusión técnica, inteligente, salpicada de interés políticos e ideológicos, en temas que esconden obviamente metas y objetivos de interés para el régimen actual y su tendencia ideológica, sin embargo, lo que existe es un enfrentamiento encarnizado donde la dignidad humana pasa a un segundo término.

Dos cosas son evidentes en estos temas que se discutieron en estos días en la cámara de diputados: el dinero y el control político. Unos por viejos y otros por jóvenes, pero la gran mayoría víctimas de la apatía.