Por David Uriarte /

En la toma de decisiones se conocen los verdaderos amigos y aparecen los interesados. El interés vestido de amistad es frecuente cuando alguien llega al poder, el excito tiene muchas paternidades, el fracaso es huérfano.

Hay evidentemente cinco apuntados para la encuesta unipersonal, ellos son: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, y Gerardo Fernández Noroña.

La institucionalidad empieza a sudar y a filtrarse por el caño de las emociones y motivaciones personales, dejando de lado el proyecto que dio origen al nuevo régimen. Los que se sienten elegidos y los que se sienten merecedores, son víctimas de la ansiedad anticipatoria, es decir, no desperdician ni un minuto del día para construir consensos, vender su imagen, buscar simpatías, alianzas, y posicionarse en el ánimo de los gobernadores para echar andar la maquinaria con miras a la posible campaña presidencial.

Hay tres “corcholatas” que se sienten relativamente seguras; hay dos, uno del Senado y otro de la Cámara de Diputados que ya empezaron a renegar por las reglas y adelantos de sus adversarios políticos, uno es Ricardo Monreal y el otro Gerardo Fernández Noroña.

Hace días Fernández Noroña dijo algo que se filtró en redes sociales: -No puede ser que el líder máximo de nuestro movimiento me trate con esa desconsideración, y de esa manera incorrecta e injusta, no hay ningún motivo, soy el legislador que mejor, más contundente y con más fuerza defiende al movimiento y al compañero Presidente y a cualquier compañero o compañera que agreden del movimiento… Es más, hago un reclamo fraterno a mis otros cuatro compañeros que aspiran, porque cada que les hacen alguna cosa incorrecta yo alzo la voz, y cada que me excluyen guardan silencio. No es de compañeros, yo seguiré comportándome como compañero, pero también, como dice el compañero Presidente “mi pecho no es bodega” y no voy a tolerar ningún trato incorrecto, eso es todo lo que estoy diciendo-.

Es evidente su percepción de asimetría en el trato de AMLO a su persona; lo mismo le pasa al senador Monreal, en su desespero trata de hilvanar un discurso de suma con el Presidente, pero no soporta las ganas de socializar su desventaja frente a las tres corcholatas.

A partir de ya, AMLO empezará realmente a conocer las entrañas de su “hermanos” y sus “amigos”.