Por David Uriarte /
Los episodios afectivos incluyen al episodio depresivo mayor y el episodio hipomaniaco. Hablar de la depresión o de la hipomanía, es hablar del pensamiento, sentimientos, emociones, y relaciones enfermas.
Las personas pueden estar o sentirse bien, pero al darse cuenta de la avalancha publicitaria en los medios de comunicación y redes sociales sobre el día del amor y la amistad, pueden experimentar un cambio de su estado de ánimo o perder el interés o la capacidad placentera de la vida.
La reacción de otras personas puede ser todo lo contrario, pueden experimentar un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable durante al menos los días previos a la celebración del día del amor y la amistad.
La soledad puede inducir al autoengaño aparentando autoestima exagerada, mostrándose más hablador de lo habitual: pensamiento acelerado, más distraído de lo común; con aumento de ciertas actividades sociales, laborales o académicas, o una agitación psicomotora, puede también meterse en actividades placenteras con alto riesgo de vulnerar su integridad física; hacer compras compulsivas, o relacionarse sexualmente sólo por placer.
Tanto los que se deprimen como los que se esconden de su depresión en una actitud hipomaniaca o desafiante a su soledad, tienen conflictos con sus afectos.
La incapacidad para vincularse afectivamente con los demás en general, y con alguien en particular, sobre todo cuando lo que se busca es la vida en pareja, es más común de lo imaginado.
En los trastornos de vínculo afectivo, el apego es el fiel de la balanza, el aprendizaje y las vivencias en la vida posnatal inmediata son la raíz de los apegos seguros o desorganizados, es decir, o creces con la seguridad de quien eres y que quieres, o creces ansioso, evitativo o desorganizado pagando las consecuencias de una vida de relación caótica.
Enamorarse, amar, apegarse y desear compartir la vida erótica con una pareja en particular, son los ideales de la especie humana cuya cultura privilegia la familia como núcleo de la sociedad.
Los esfuerzos pasionales para evitar el abandono, son el precio que paga quien quiere compartir sus afectos con alguien que no es compatible. Son los afectos una necesidad.