Por David Uriarte / 

Los gobiernos municipales son evaluados por la calidad de los servicios, la seguridad pública, la economía, el destino turístico y de negocios; la movilidad, y la inclusión de las organizaciones civiles como entes supervisoras del funcionamiento de la administración pública municipal.

Todos los rubros son importantes, sin embargo, el dinero es el vaso comunicante entre los proyectos y su realización. Es cierto que se necesita la participación ciudadana, pero sin dinero para la mano de obra, material y equipo técnico o de trabajo, todo se queda en las buenas intenciones y los discursos vacíos que cansan y producen desconfianza.

En Culiacán, como en todas las ciudades importantes por ser capitales o por tener un número de habitantes que ronda el millón, las necesidades de gobernados y gobierno, siempre será la discusión inconclusa: los gobernados exigiendo seguridad y servicios públicos de primera; y los gobernantes buscando las fuentes de autofinanciamiento, y las participaciones estatales y federales para la operación armónica de programas y proyectos municipales.

Dentro de las acciones emprendidas por el gobierno de Culiacán en el último trienio y éste que inicia, lo que se ha buscado es el saneamiento de las finanzas; esto incluye el manejo escrupuloso de la nómina de sindicalizados y de confianza, la revisión de contratos y convenios que aseguren la mejor oferta para el municipio.

La vigilancia en los pagos del predial que es una de las fuentes de financiamiento de los municipios, y la búsqueda de ingresos por otras vías como el cobro por estacionamiento y uso de instalaciones públicas.

Aunque algunos cobros son simbólicos, provocan escozor en un cierto nicho de población y termina siendo un capital político para los que tienen aspiraciones de gobernar el municipio o aquellos que pretenden desestabilizar al gobierno actual.

Los números son claros y la transparencia en las finanzas está a la disposición de quien requiera información, sólo hay que ver el tamaño de deuda a corto y largo plazo que se venía heredando y como se encuentran las finanzas hoy; así de sencillo.

Sólo con unas finanzas sanas se puede construir un mejor futuro.