Por David Uriarte /

El expresidente de Estados Unidos Joe Biden de 82 años, tuvo conductas y comportamientos de un organismo físicamente deteriorado, de una mente obnubilada, pudieron ser condiciones médicas de espasmos vasculares transitorios, o simplemente signos patognomónicos de una deteriorada memoria y un incipiente trastorno demencial, sin embargo: no pasó nada.

En el primer periodo del presidente Donald Trump, afirmo de manera contundente que el muro fronterizo entre su país y México, lo iban a pagar los mexicanos, cosa que no sucedió y tal vez no sucederá nunca, el tema es que lo dijo, no cumplo, pero: no pasó nada.

El año pasado, la noticia que le dio la vuelta al mundo y puso a México y Sinaloa en las primeras planas informativas, fue la llegada en avión a territorio estadounidense de dos personajes buscados por la DEA y el FBI, mucho se habló antes del tema de la soberanía, el respeto, la cooperación, colaboración, pero la evidencia demuestra otra cosa. Incluso el discurso terminó invocando la idea de que estaban esperando que el gobierno -en aquel entonces de Biden- informara al gobierno mexicano lo que había ocurrido. Los mexicanos y su gobierno siguen esperando la información puntual: pero no pasa nada.

Durante el régimen del presidente López Obrador, los maestros de la CNTE, se mantuvieron relativamente tranquilos, no sé si cumpliendo con la función por la que les pagan, pero por lo menos no desquiciaron el tráfico y la vida de la ciudad de México. En el primer semestre del gobierno de la presidenta Sheinbaum, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de distintas secciones, pusieron de cabeza la vida diaria de la capital del país, y qué pasó: no pasó nada.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en cinco días de guerra entre Israel e Irán, mataron 23 israelitas, pero en algunas ciudades de México, eso pasa en un día: pero no pasa nada.

Hace dos semanas, el Poder Judicial de la Ciudad de México está en paro, cada día se acumulan más de mil expedientes, pero que cree: no pasa nada. El presidente de la Cámara de Senadores de México, Gerardo Fernández Noroña, viajó a Francia, él se declara ateo, pero representó a México en la segunda conferencia parlamentaria sobre diálogo religioso, la Iglesia en manos de Lutero: pero no pasa nada.

Hay muchos lugares donde pasa mucho: pero no pasa nada.