Por David Uriarte /

El amor romántico es el vínculo emocional construido entre personas que buscan la convivencia, la permanencia, y el encuentro erótico con o sin reproducción. La humanidad no fuera lo que es, sin la existencia del amor romántico, hay dos diferencias marcadas entre las especies irracionales y la especie humana; el amor, y el erotismo.

Mientras los irracionales buscan un apareamiento reproductivo exclusivamente en la fase ovulatoria de la hembra, los humanos buscan un encuentro placentero más allá de la fecundación, las personas se vinculan en el afecto construyendo compromisos, idealizando la relación como principio de la familia tratando de eternizar el amor hasta la muerte.

Para que aparezca el desamor o la decepción amorosa, debe existir primero el vínculo afectivo interpersonal, no se separa lo que no está unido, y no se sufre si no hay expectativas, el problema en el desamor es el vació que deja, el amor es un estado de necesidad, una sed que se quita con la percepción de la presencia afectiva del otro(a), el sufrimiento en el desamor como cualquier perdida conlleva al duelo, primero la negación pasando por la depresión hasta integrar la experiencia.

La soledad es una moneda de dos caras, la soledad sin la experiencia de vinculación previa, y la soledad con la experiencia de haber amado, con las marcas que dejan las expectativas no cumplidas, la soledad de quienes han postergado su vínculo priorizando otras cosas como los estudios, el trabajo, o el cuidado de los padres, se puede prolongar de tal manera que, al buscar el amor, este se puede esconder en las sombras del pasado, produciendo malestar o un sentimiento de rechazo.

Hay muchos tipos de amor, el amor al trabajo, el amor a un ser supremo, el amor a los hijos, y por supuesto el amor romántico que es el vínculo afectivo con otra persona donde el compromiso erótico se convierte en exclusividad.

Hay dos condiciones lesivas para el amor romántico, la infidelidad erótica y la infidelidad afectiva, en la cultura latina muchos hombres privilegian el erotismo y muchas mujeres privilegian el afecto ¿es posible amar sin desear o desear sin amar? La respuesta es sí, y aquí empiezan más que las confusiones, los problemas del desamor, y a veces el principio de la soledad o la crisis de la pareja.

Los afectos tienen asiento biológico, pero expresión psicológica.