Por David Uriarte /

 

Para entender los enredos de la vida en pareja cuando la confusión de los vínculos es la causa, lo primero es informarse desde la neurociencia, el conocimiento empírico, teológico, o filosófico, no resuelve el problema, lo único que desempaña la confusión es el conocimiento científico de los vínculos afectivos.

Tener mucha experiencia derivada de tantas parejas, no es garantía de salud mental, creer que todo se reduce a una respuesta sexual satisfactoria tampoco es garantía de funcionalidad en la pareja, saber cuál es el talón de Aquiles de cada integrante de la pareja, es el principio de la solución a las diferencias o conflictos.

Empecemos por el enamoramiento, una locura temporal asentada en la parte del cerebro donde nacen los trastornos obsesivos-compulsivos, de hecho, el enamoramiento es una obsesión por la pareja, la persona enamorada es víctima del pensamiento intrusivo, por fortuna, el enamoramiento no sobrevive más de dos años en cualquier persona, en promedio, los enamorados experimentan las sensaciones entre un año o año y medio, después, se transforma dando paso al amor, la desilusión, el apego, dependencia, o el interés.

El amor romántico se caracteriza por el compromiso interpersonal, la pareja es solidaria a pesar de conocer las debilidades de la contraparte, el amor puede sobrevivir toda la vida, aunque las circunstancias alejen o separen a la pareja. Así como el neurotransmisor que se afecta en el enamoramiento es la serotonina, en el amor romántico hay una sobrecarga de dopamina.

El deseo sexual se convierte en vinculo cuyo impulso se expresa en forma diferente en cada persona, a veces los hombres no aman a su pareja, pero están intoxicados por un deseo sexual exagerado, la hormona responsable de esta conducta de apareamiento es la testosterona.

Otro vinculo es el apego, hombres y mujeres pueden mantener una relación estrecha con otra persona sin que esto signifique enamoramiento o amor, simplemente es un lazo de amistad signado por la confianza. En en las mujeres, el apego se deriva de la neurohormona oxitocina; y en los hombres, por la vasopresina.

Las relaciones humanas están marcadas por la naturaleza biológica, son los significados y las representaciones mentales de cada persona lo que hace únicos a los demás.

No todo es amor romántico.