Para que el control interno de una institución adquiera su carácter sistémico, debe contemplar desde la planeación estratégica y operativa institucional, pasando por la evaluación de resultados y del desempeño de la institución, así como de funcionarios y colaboradores, hasta la obtención de la información y su comunicación tanto interna como externa.

De esta manera el Sistema de Control Interno (SCI) propuesto, atiende tres elementos de control: Planeación y Operación, Evaluación y Seguimiento, e información y Comunicación, elementos que administrados por procesos buscan que las instituciones logren cumplir con los objetivos y fines propuestos y para los que fueron creadas.

Gráficamente podemos visualizar el SCI, donde exponemos sus componentes relevantes propósito, entrada-salida y procesos integrantes.

El proceso Control de la Planeación y Operación: define y clasifica las variables de control que orientan la institución hacia el cumplimiento de su visión, misión, objetivos, principios, metas y políticas, al igual que los aspectos que permiten el desarrollo de la gestión dentro de los que se encuentran: talento humano, planes, programas, procesos, indicadores, procedimientos, recursos, y administración de los riesgos.

El proceso Control de Evaluación y Seguimiento: agrupa los parámetros que garantizan la valoración permanente de los resultados de la institución a través de sus diferentes mecanismos de verificación, evaluación y seguimiento.

El proceso Información y Comunicación: pretende agrupar los parámetros que aseguren los procedimientos necesarios para la generación, registro, suministro y publicidad de la información y las comunicaciones interna y externa veraces y oportunas.

El modelo en cuestión está fundamentado en tres principios: Autocontrol, Autorregulación y Autogestión, de los cuales platicaremos en nuestra próxima entrega.