Por David Uriarte /

Las generalizaciones no siempre aplican, a veces son sesgos personales, incluso, signos o datos de desequilibrios mentales, por eso, afirmar o decir que -Eres lo que lees-, no siempre aplica, hay miles de personas que no saben leer y gozan de sabiduría, de un buen prestigio como seres humanos, o pertenecen a la clase adinerada, con recursos económicos o bienes que les garantizan a ellos y sus descendientes, la seguridad de comprar aquello que se obtiene con dinero.

Como siempre, las excepciones confirman la regla, por eso, abrevar en los libros es una manera de encontrar conocimiento, entretenimiento, o ejercitar la mente construyendo las fantasías inenarrables.

Leer es viajar por el camino de la imaginación, leer es conocer, tener datos, información y construir conocimiento… entre más se lee, más se conoce, sin embargo, no todas las lecturas desembocan en el conocimiento científico; hay lecturas que entretienen, otras subliman como la lectura de la teología; otras entrenan la mente, la razón y la lógica como la filosofía; leer es atajo que ofrecen quienes se esforzaron por experimentar o plasmar en líneas años de experiencia.

Los mejores en el campo de la ciencia se asocian a la lectura de las experiencias de quienes les precedieron en el arte que hoy dominan, generalmente las actualizaciones se dan a través de la lectura, y aunque los libros como tal sufran la metamorfosis de la digitalización, su esencia se traduce en el proceso universal de lectura.

El Día Internacional del Libro es el 23 de abril, en México el 12 de noviembre se celebra el Día Nacional del Libro; los libros como tal, no garantizan la lectura, pero son la fuente donde se puede cultivar el hábito de la lectura. Libro, lectura y comprensión o entendimiento, son cosas distintas.

Leer no significa entender, leer es un proceso mental que se puede aprender a temprana edad, comprender es un proceso de abstracción ligado a la inteligencia intelectual, poner en práctica o convertir en habilidad lo leído es otra cosa.

Leer un libro de medicina no convierte al lector en médico, leer sobre derecho tampoco lo hace abogado, leer la biblia no garantiza la santidad, la lectura es vía de información que se transforma en conocimiento.

Hay personas a quienes simplemente no les gusta leer, otras convierten el hábito de la lectura en adicción, quien más lee más sabe, este paradigma se fortalece con la lectura.