Por David Uriarte /
A pesar de los conflictos y hechos violentos o de inseguridad, la economía no puede colapsar a tal grado que desplome toda actividad productiva en la sociedad de consumo. Mientras muchas fuentes de empleo han cerrado o están al borde del colapso total, otras persisten con la esperanza de que la pesadilla económica se supere en pocos meses o semanas.
La economía familiar depende del sueldo, en el caso de los empleados asalariados; depende de la oferta y la demanda, en el caso de emprendedores, comerciantes o empresarios; y depende de la estabilidad social, en el caso de los inversionistas. De cualquier manera, una economía fatigada es una economía en riesgo.
Algunas escuelas particulares han reducido su matrícula debido a la disminución del poder adquisitivo de los padres, quienes buscaban en el costo de la educación la calidad de la misma.
Por otro lado, como repercusión obvia, escuelas del sector público han incrementado su matrícula, lo que evidencia una economía fatigada en los bolsillos de una clase media cada vez más extinguida.
Hay datos evidentes de una confianza social y de una seguridad poco a poco recuperada en las calles de la ciudad. La vida nocturna empieza a ser parte de la cotidianidad, aunque no como antes. Los restaurantes familiares clásicos en Culiacán empiezan a tener la afluencia que tenían hace un año.
La densidad vehicular vuelve a ser un problema; paradójicamente, es un dato de la solución parcial de los conflictos violentos ocurridos en Sinaloa desde hace un año.
El resumen del clima de inseguridad en Sinaloa es el número de homicidios y la economía fatigada. En este rubro entran los vehículos robados, los secuestros y las extorsiones, temas poco analizados.
También están los costos en la recuperación de la salud de aquellas personas que fueron víctimas de la violencia y hoy se encuentran en proceso de rehabilitación física y emocional. Esto implica dinero y esfuerzo, sobre todo si la economía familiar está fatigada.
Nota mundial será la declaración que hará hoy Ismael Zambada García en un tribunal de los Estados Unidos; sus declaraciones tienen que ver con dos temas: la política y la economía.
La política es otro asunto, pero la economía sigue siendo un factor determinante para la seguridad social. La economía fatigada de miles de familias en México, particularmente en Sinaloa, es un tema de urgente resolución para el gobierno.