Por David Uriarte

Al ver la cara de una persona, se perciben emociones y a veces sentimientos, también hay rostros inexpresivos como la cara del jugador de póker, rostros apacibles, tranquilos, rostros que suponen paz interior, rostros repletos de ira, rostros que suponen maldad extrema y rostros engañosos.

Las personas con gran sentido del humor, a veces lo acompañan de un rostro igualmente expresivo, un rostro cuyas emociones expresan alegría, sonrisa, risa, carcajadas, sonidos onomatopéyicos, en fin, rostros que son una verdadera invitación a dialogo y la confianza.

Muchas personas son sumamente inteligentes, pero con un sentido del humor agrio, con una incapacidad para la empatía emocional, cuando vemos la seriedad de las personas, la percepción inicial supone también una pregunta ¿Estará enojado? ¿Tendrá problemas serios con su familia? ¿Será su vida una concentración de eventos trágicos? ¿Tendrá una enfermedad terminal?

Son muchas las preguntas que se desprenden de un rostro inexpresivo, de un rostro adusto, mal humorado, o de plano impregnado por emociones no placenteras.

El sentido del humor puede aligerar la carga de la vida cuando se antepone a las vicisitudes, cuando se entiende que es más fácil cambiar los significados de las adversidades que las propias adversidades.

El sentido del humor, puede superar diferencias cuando son irreconciliables, puede acercar personas, fortalecer lazos afectivos, bajar la guardia de los escépticos, promover amistades, abrir ventanas de oportunidad para escuchar a los demás junto con sus planteamientos de sufrimiento o de alegría, una cara alegre, un contacto visual empático, una escucha activa, pero sobre todo una mente que no juzga, siempre será la mejor compañía del sentido del humor.

Los estudios de psicología social, demuestran una fuerza de asociación entre la variable del buen humor y el éxito en todos los sentidos, la premisa de –es mejor que me tengan miedo a que me respeten-, no aplica para los del buen humor, las personas con buen humor promueven el respeto y no comulgan con el miedo.

El sentido del humor se puede aprender desde pequeños, mucho le sirve al niño vivir con unos padres amorosos, respetuosos y con gran sentido del humor, el aprendizaje es una de las formas de estructurar identidad y personalidad.

El sentido del humor tiene que ver con salud mental.