Para promover la lectura entre los jóvenes y como parte de sus actividades como miembro de El Colegio de Sinaloa, el maestro Élmer Mendoza realizó un conversatorio sobre su vida y obra literaria con los integrantes de la comunidad lectora de la preparatoria “Rafael Buelna Tenorio” de la Universidad Autónoma de Sinaloa. En el evento, realizado el pasado viernes 3 de octubre del año en curso en el auditorio de dicha institución, también estuvieron presentes el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Orlando Espinoza Díaz, y la directora de la Editorial UAS, Azucena Manjarrez.

Élmer Mendoza inició la charla aconsejando a los jóvenes tener la valentía y la humildad de reconocer hasta dónde se puede y hasta dónde no; tener la inteligencia para saber rechazar lo que no conviene. Haciendo alusión a las drogas, bromeó que, cuando le preguntaban sobre adicciones, respondía: “soy adicto al té verde”.
Compartió que desde pequeño trabajó vendiendo pan, palomitas, limonadas; que laboró en un taller desponchando llantas y, además, era atleta. Pero aún no sabía qué quería ser. Estudió electrónica, se graduó, ejerció, estudió pintura, guitarra clásica… hizo muchas cosas, sin embargo, seguía con la duda. “¿Qué estaba buscando yo?”, se preguntó. Y respondió: “me estaba buscando a mí, pero en los libros, en el arte, en la música, en Mozart y Beethoven, nunca en las drogas”, hasta que se dio cuenta de que quería ser escritor.

Después, una alumna le preguntó sobre sus libros favoritos, y el miembro de El Colegio de Sinaloa respondió que Noticias del imperio, de Fernando del Paso, ya que el personaje femenino de la emperatriz Carlota, dijo, “es un personaje bien fuerte; lo que le pasa en 60 años —perder el imperio y después perder el juicio— es algo impresionante”. De los libros escritos por él, el que más le gusta es Efecto tequila, ya que es una novela de espías, y en México no hay muchos libros sobre este género. Además, porque fue en la realización de ésta donde se demostró a sí mismo lo que se puede hacer con el lenguaje.
Asimismo, Élmer Mendoza explicó que el concepto de “inspiración” es muy antiguo y que generalmente se le adjudica a los poetas o a los músicos, pero con los escritores es diferente: “Los escritores hacemos notas, partimos de una idea y la estudiamos. Me pregunto qué lenguaje utilizaré, cómo será mi personaje… es todo un esquema diferente. No tiene que ver con la inspiración; con los novelistas es algo que no aplica”.

Expresó que “es muy satisfactorio” que lo consideren el padre de la narcoliteratura, y aunque es probable que, en principio, lo hayan hecho con la intención de hacer daño —pues “hay personas a las que no les gusta que te vaya bien”—, dijo no estar seguro de si la primera persona que lo llamó así fue un periodista con una nota despectiva. Sin embargo, tiempo después fue invitado a una prestigiosa universidad de Estados Unidos, donde académicos reconocidos afirmaron que el escritor sinaloense sí ha creado un subgénero de la literatura, porque está denunciando los problemas de un país, de una época; los difíciles problemas que tienen que ver con el universo del delito. “Si un periodista utilizó eso para atacarme, en el mundo académico lo utilizaron para decir que yo sí había agregado a la literatura social”.
Cabe destacar que este conversatorio generó preguntas, inquietudes y dudas entre los estudiantes, lo que dejó de manifiesto el interés por la lectura.














