Por David Uriarte /

En los procesos electorales no necesariamente gana el mejor o el más inteligente, gana el que tiene más simpatías medidas en votos.

Si la clave para la democracia participativa es la aritmética, entonces, lo que deben buscar los candidatos a un encargo popular, es la suma de votos y nada más.

En el escenario político actual, a unos días de consolidar la ruta y los contendientes, aparece la sombra de una figura que pudiera descarrilar la inercia de los opositores al régimen, la inconformidad de Marcelo Ebrard lo convierte en un apetitoso platillo para Movimiento Ciudadano.

La configuración política de la oposición, si las cosas no cambian, llevan al frente a Xóchitl Gálvez y morena a Claudia Sheinbaum, la pregunta es ¿Y qué va a pasar con Marcelo Ebrard? La respuesta es variada, de entrada, si Marcelo mantiene su frustración en contra de Mario Delgado, Alfonso Durazo, y la propia Claudia, una silla lo está esperando: es la de Movimiento Ciudadano, “aquí está el detalle” como dijera Cantinflas.

Jugando con los posibles escenarios, de darse esta hipotética idea, lo único que haría Marcelo Ebrard es romperle el esquema al Frente Amplio por México y consolidarle el triunfo a MORENA ¿Por qué? Simplemente porque los números no le alcanzan a Ebrard para ganar la contienda, pero si le alcanza para restarle votos a las dos fuerzas políticas, debilitaría a Xóchitl y a Claudia.

Marcelo sabe lo que pesa en votos, por eso se atreve a levantar la voz y pegarle un manotazo a la mesa sabiendo que su comportamiento no le agrada al Presidente. Marcelo trae en sus alforjas dos cartas: un grado de aceptación y simpatía electoral, y mucha información privilegiada que a nadie del movimiento le conviene, mucho menos al Presidente… Por eso, es probable que busquen rescatarlo o que haga el menor de los daños al famoso movimiento de la Cuarta Transformación.

Un riesgo relativo, pero al fin riesgo, es que los votos que capte Marcelo se los quite a MORENA y con esto debilite el margen de triunfo de Claudia sobre Xóchitl, incluso que esa diferencia cierre tanto la brecha y en determinado momento pueda brincar Xóchitl sobre Claudia, esto sería el fenómeno Ebrard.

En el poco, pero probable caso que esto sucediera, el Presidente no le perdonaría a Marcelo semejante conducta, por eso los partidos del movimiento (MORENA, PT, y el Verde) van a buscar curarle la herida a Ebrard.