Por David Uriarte /

La información estadística que registra la Fiscalía General del Estado es un referente para construir conciencia del grado de funcionamiento de la sociedad sinaloense. No se trata de apología del vicio y la violencia, se trata de una descripción escrupulosa que nos ayude a dimensionar las variables polares de la conducta antisocial o sociopática, contra la conducta de bondad.

En Sinaloa hay ciudadanos extraordinariamente virtuosos, proactivos, trabajadores, responsables, respetuosos, prudentes, justos, amorosos, personas de bien, familias bondadosas que son un ejemplo a seguir… Pero también, tenemos personas cuyo grado de maldad encajan en la escala del Dr. Michael Stone, una escala que clasifica la conducta delictiva en 22 niveles, desde la legitima defensa: nivel uno, hasta torturadores extremos: nivel veintidós.

Si tomamos como referencia únicamente el año 2021, aún con la crisis sanitaria, se registraron 644 homicidios dolosos, 12 por semana; y 672 homicidios culposos, 13 por semana; es decir, 25 homicidios por semana.

Por enésima ocasión hay que poner los ojos sobre las causas y no sobre los resultados, a este paso, los sinaloenses se tendrían que acostumbrar a contar o esperar un día tres homicidios y otro día cuatro, y así sucesivamente con esta alternancia.

Ni que decir de las lesiones dolosas el robo de vehículos, el robo a casa habitación, el robo en local comercial y el robo violento, en fin, la suma de la conducta delictiva en Sinaloa registró un hecho cada hora, con esta densidad delictiva la pregunta de ¿Qué tan seguro es vivir en Sinaloa? Tiene una respuesta evidente.

A pesar de la realidad y su riesgo, hay acciones tendientes a mejorar las condiciones de vida y evitar las conductas delictivas, no olvidar que toda conducta motivada surge del pensamiento del individuo que la ejerce, la persona piensa, siente, percibe y hace; esta es la cadena de procesos mentales que sigue el científico para llegar a su descubrimiento, o el delincuente para delinquir.

Esta capirotada de circunstancias hace complejo el fenómeno de la sociopatía, el delito es producto de la sinergia entre la pobreza, la ausencia de bondad, la impunidad, la intoxicación de un cerebro por substancias psicotrópicas, la escolaridad, la desintegración familiar, y el pensamiento sociopático.

Es literalmente imposible erradicar por decreto la conducta delictiva, hay que conocer la motivación del delincuente.