Foto: Fiscalía de Jalisco

Por David Uriarte /

Después del humo blanco (fumata blanca) que salió de la chimenea de la capilla Sixtina en el Vaticano, donde millones de habitantes de la tierra mantuvieron su atención, la otra fumata es la que está haciendo el gobierno de Jalisco con el caso del grupo musical Los Alegres del Barranco.

Este exitoso grupo sinaloense, de corte regional norteño, liderado por el polémico José Pavel Moreno Serrano, acordeonista del grupo y muy conocido por su relación estrecha con Gilberto Salomón Vázquez, la famosa “Gilbertona”, está en el ojo de huracán más mediático que jurídico.

Si de por sí ya eran muy conocidos en México y la Unión Americana, Los Alegres del Barranco están siendo expuestos a la conciencia social como un grupo musical polémico, han tropezado con piedras derivadas del peñasco de su propia fama, la información del dominio público es que les retiraron las visas de trabajo en USA, todo derivado del mismo asunto: la imputación de hacer apología del delito.

Según la definición conceptual, la apología del delito es la acción de elogiar, defender, justificar o glorificar un delito. Los analistas señalan que, desde el siglo pasado -quizá desde antes- los solistas o los grupos musicales, han interpretado canciones clasificadas como corridos donde se cuentan o narran historias, hechos, o acciones conocidas por la sociedad. Algunas del medio rural, otras citadinas, pero finalmente historias musicalizadas donde actos delictivos son el centro de la narrativa, pero resulta que, hasta hoy, al legislativo de algunos estados se le ocurrió clasificar la interpretación de esas historias como delito.

Quien no recuerda a los Tigres del Norte con el corrido de Camelia ‘La Tejana’, “Contrabando y Traición” en 1974; tres años antes, en 1971, Lucha Villa interpretó el “Corrido de Valente Quintero”, donde los balazos son el centro de la narrativa… Y así, puede seguir la relación de canciones, interpretes, y seguidores de este género musical.

Los gobiernos se ven rebasados por la cultura musical impregnada de temas relacionados con el dinero, el lujo, las excentricidades, las armas de fuego, la seducción sexual, el desamor, la traición, infidelidad, liderazgos, corrupción y violencia… Si la cárcel es el destino de estos intérpretes y sus grupos, ¿Quién cerrará la puerta?

Es más fácil atacar el efecto que la causa, mientras tanto, Los Alegres del Barranco le dan la vuelta al mundo… ¿Estarán alegres?