Foto: Kevin Chicuate

Por David Uriarte /

Hoy es un día de fiesta para el servicio de inteligencia, aunque usted no lo crea, los servicios de información y análisis políticos han existido desde siempre, en todos los conflictos políticos, partidistas, económicos, o sociales, desde las guerras hasta las reuniones de grupos reducidos o secretos cuyo objetivo pueda desestabilizar al gobierno, siempre hay infiltrados, informantes que llevan datos objetivos, a veces información subjetiva, y a veces mitotes o imprecisiones informativas.

El conflicto UAS-GOBIERNO, es una fuente de información y espionaje en ambos sentidos, la UAS recibe información y el gobierno también, una cosa son los litigios derivados de la necesidad de conservar el poder, y otra cosa es el espionaje derivado de la intromisión en la intimidad de los procesos operativos y políticos de las instituciones.

La frase trillada en la vida política retoma vigencia hoy, “la información es poder”, ¿Sabía el Rector lo que iba a pasar en la audiencia donde fue separado del cargo? Por supuesto que sabía… ¿Sabía el Gobierno de la marcha estatal? Por supuesto que sabía… ¿Sabe la Fiscalía y los jueces la capacidad académica de la defensa jurídica de la UAS? Por supuesto que sabe.

La información fluye en ambos sentidos de una u otra manera, la diferencia o la asimetría en estos menesteres informativos y de espionaje, es la capacidad tecnológica que tienen las instituciones oficiales, los alcances del cerco informativo de la SEDENA, la MARINA, GUARDIA NACIONAL, FISCALÍA GENERAL, GOBIERNOS ESTATALES Y FEDERAL, son inimaginables, los servicios de inteligencia gubernamentales cuentan con presupuestos suficientes, tecnología de punta, y especialistas en ciberseguridad y ciber espionaje.

Las redes sociales y la inteligencia artificial cambiaron la tranquilidad de la vida personal, familiar, social, y política. Los especialistas en la información y análisis ofrecen un bufet de datos aislados y rumores; el platillo fuerte de información certera, verídica, y confirmada, se vuelve magro.

Los infiltrados con el objetivo de acopiar información sensible se especializan en el arte de la simulación, construyen puentes de confianza y a veces de complicidad barata con personal ingenuo, pueden ir más allá y se infiltran por la vía de los afectos para lograr sus objetivos.

La inteligencia en estos casos sólo es superada por la contrainteligencia.