Por David Uriarte /

“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, así reza el refrán mexicano. Algunas personas valoran la importancia de su pareja, tiempo después de perderla, hay países donde nadie es dueño de nada, países donde las comunicaciones personales por medios electrónicos pasan primero por el filtro del gobierno, lugares donde expresar inconformidad por el desempeño irregular de las autoridades es penado con cárcel, son faltas a la autoridad, un estado de indefensión absoluto de la ciudadanía en relación con el gobierno.

La vida en México a diferencia de la vida en Estados Unidos, a pesar de ser vecinos y compartir una frontera de más de tres mil kilómetros, es diferente; los gobernantes en México viven atados al pasado, los gobernantes en Estados Unidos viven queriendo lazar el futuro; en México la pobreza se pasea amenazante todos los días, en Estados Unidos la riqueza mira de reojo a los extranjeros; esto no significa que en México no existan los ricos, o en Estados Unidos no existan los pobres, la comparación solo deja ver las marcadas diferencias en la calidad y el estilo de vida de los habitantes de cada país.

Antes, México vendía las drogas de uso ilícito al vecino país, hoy, existe un mercado de adictos a las drogas en México y al mismo tiempo, se sigue con el tráfico a los Estados Unidos, también hay que decir que los paisanos envían a México miles de millones de dólares en remesas cada mes, el país de los ricos ayudando al país de los pobres.

Parece que hay un conflicto mental con el termino de “soberanía” en México, si bien es cierto que cada país tiene y vive bajos sus costumbres y sistemas de gobierno, también es cierto que la globalización permite el aprendizaje de modelos económicos que funcionan, modelos que permiten fomentar el bienestar social, uno de los modelos económicos probados hasta hoy, es el modelo del vecino país… ¿Por qué no hemos aprendido de ellos? ¿Por qué tenemos que exportar pobres para mitigar el hambre de sus familias en México?

¿Y si dejamos de darles el pescado y mejor los enseñamos a pescar? ¿Qué pasaría si el gobierno mexicano adapta hasta donde sea posible el modelo educativo, el modelo de salud, el modelo de trabajo, y el modelo de seguridad pública?

Pedirle al país que tiene el penacho de Moctezuma que nos lo regrese, es seguir pensando en el pasado, apostarle a la ciencia y la tecnología es presente.