Por David Uriarte /
Existe una población dividida: unos preocupados por lo que pasa en México, otros contentos por lo que está pasando, y otros indiferentes.
Los preocupados, son aquellos que no están en el juego de la nueva política, aquellos que tienen miedo perder su patrimonio, o bien aquellos que han perdido sus privilegios.
El grupo de los contentos, están estrenando régimen, sentados en las bancas del poder, experimentando lo que se siente decidir, ordenar, y ver desde lo alto, la reacción de sus opositores.
Los indiferentes, se dedican a trabajar, o bien, se dedican a disfrutar de la vida sin caer en especulaciones de ningún tipo. No se detienen a pensar lo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará con México y sus políticas públicas.
Estos son los organismos en vía de extinción: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Consejo Nacional de Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval), Comisión Reguladora de Energía (CRE), Comisión Nacional de Hidrocarburos y Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
Depende para donde se direccione la mirada, si se direcciona para países como Cuba o Venezuela, realmente en México no pasa nada; si se direcciona para los países primermundistas, entonces las cosas pintan de manera diferente.
Sólo el tiempo podrá demostrar los estragos o las virtudes de las políticas públicas del nuevo régimen político, el ejercicio del poder está en marcha con las reformas y el efecto radical de las mismas, el mejor ejemplo es la reforma constitucional que reforma de raíz al poder judicial.
Ahora con la eliminación de los organismos autónomos, México y los mexicanos tendrán que aprender bajo otras reglas, por eso, aquellos que están contentos y aquellos indiferentes ni se preocupan.
El grupo de los preocupados se reduce a los que tienen ciertos intereses o cierta ideología tan radical como radical es la idea de los otros, es decir, es cuestión de creencias y en ese tema el tiempo es el verdadero juez.
Cuando se dice que no pasa nada, solo se afirma lo que ha demostrado la historia, los cambios en las políticas públicas siempre han existido, la diferencia son los beneficiarios, en los cambios alguien gana y alguien pierde.