Por David Uriarte /
¿Qué buscas, si es que buscas algo en la vida? Una de las variables de estudio cuando se investiga sobre la felicidad o el bienestar es el objetivo en la vida personal, el famoso sentido de vida: saber y tener conciencia de qué se busca y para qué.
A veces, las circunstancias difíciles o precarias se constituyen en el combustible detonante del objetivo en la vida; otras veces, al tener resuelta la vida en la inmediatez, esto se convierte en la trampa de la felicidad. Es decir, no se preparan ni para las adversidades ni para la vejez.
Hay que dimensionar las cosas como son, no como se quisiera que fuesen. Ni toda la pobreza es un lastre, ni toda la riqueza es garantía de felicidad. Hay pobres que su pobreza la multiplican; hay pobres que su pobreza la superan con mucho. Hay ricos que su riqueza la multiplican, y hay ricos cuya riqueza es el principio de su pobreza.
El objetivo del análisis no es conocer la ecuación perfecta para encontrar, preservar y vivir en la riqueza. El objetivo es entender cuál es —si es que existe— la motivación para levantarse o quedarse acostado.
¿Qué vas a hacer hoy? ¿Seguir en la queja? ¿Volver a intentarlo? ¿Esperar un milagro?
Cualquiera que sea la respuesta personal, es válida y legítima; lo único que cambia son los resultados.
Son precisamente los resultados los que se miden en la búsqueda —consciente o inconsciente— de la vida. Las preguntas siguen saltando como opciones para seguir o modificar el ritmo de vida personal: ¿Son más felices los que más tienen? ¿Son menos felices los que menos tienen?
Lo primero es saber si el concepto de “tener” se refiere a bienes y dinero, o a capacidades, habilidades, conocimientos, actitudes o competencias.
La búsqueda del ser humano, en general, tiene que ver con la preservación de la vida, la salud, la libertad, la familia, las condiciones económicas para cubrir las necesidades básicas y tener reservas suficientes para las adversidades.
No todas las personas piensan igual ni comparten la misma lógica. Tener conciencia de lo que se busca en la vida implica funciones básicas como la reflexión, el pensamiento y la planeación. Estos procesos neuropsicológicos son distintos en cada persona; la diferencia viene desde la fecundación. Aquí es donde cobra importancia la vitamina B9 o ácido fólico.
El tránsito en la carreta del tiempo tiene el mismo destino para el rico y el pobre. La diferencia se llama estilo de vida.