Por David Uriarte /

Un grupo de vecinos del poblado de Jesús María, sindicatura de Culiacán, encararon al titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el Maestro en Ciencias, José Carlos Álvarez Ortega, con el objeto de solicitar su intervención ante los hechos ocurridos el pasado cinco de enero.

Acompañados de un abogado, los vecinos del poblado Jesús María mostraron una mezcla de irritación, desespero, tristeza, incertidumbre y frustración, las emociones se movían ante el desespero de la ansiedad al reclamo urgente para buscar la intervención del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Con una actitud prudente y reflexiva, el Maestro José Carlos escuchó de pie a los demandantes, les explicó los alcances de la institución que representa, en tanto los hechos aluden a las autoridades de orden federal por tratarse de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional, les adelantó su intervención a través de los medios electrónicos, mientras se hacen los trámites correspondientes por la vía oficial predeterminada.

A pesar de ser duramente cuestionado por dos de las quejosas y el abogado, Álvarez Ortega mantuvo la calma y se comprometió a la coadyuvancia en el caso de la queja interpuesta cuyo respondiente deberá ser la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuya titular es la maestra Rosario Piedra Ibarra.

La respuesta puntual a la pregunta ¿Qué papel juega la CEDH en el caso de la queja interpuesta por los vecinos del poblado de Jesús María? El titular de los derechos humanos en Sinaloa dijo, -Entiendo el nerviosismo, frustración, y desespero de los vecinos de una de las sindicaturas de Culiacán donde se dieron los hechos, sin embargo, nosotros sólo somos coadyuvantes en estos casos debido a que las autoridades involucradas son de orden federal, en ese sentido nosotros no somos competentes para emitir recomendación alguna-.

El caso del ‘jueves negro’ en Culiacán derivado de los hechos la madrugada del jueves 5 de enero donde se dio la detención del objetivo de la GN y la SEDENA, ha dejado daños colaterales de todo tipo, principalmente emocionales.

El miedo y la incertidumbre son los principales disturbios psicológicos de los sinaloenses ante la realidad del jueves 5 de enero… miedo a perder la vida, miedo a ser despojados de sus vehículos, e incertidumbre ante la tensa calma social.