Seguro has leído esas frases sobre soltar, dejar ir, perdonar… todo eso que a veces nos hace preguntarnos ¿cómo le hacen para lograrlo? Es posible que con el tiempo aprendas lo que implican emocionalmente esas cosas, pero aquí un pequeño adelanto: las 3 frases tienen que ver con superar situaciones difíciles.

Todos hemos pasado por situaciones que nos han lastimado, tenemos cicatrices y quizá algunas heridas abiertas, pero de alguna manera has logrado seguir; te levantas todos los días, algunos días con más ganas que otros; haces tus actividades lo más normal que puedes y llegas al final del día. ¿Te has dado cuenta de toda la fortaleza que implica seguir con tu vida? A veces nos creemos débiles por llorar o por estar tristes o enojados, ya he escrito sobre eso, espero que ahora tengas presente que es normal sentirnos así de vez en cuando.

¿ya notaste que si hubieras hecho algo diferente no serías la persona que eres hoy?

Soltar y dejar ir, emociones, situaciones, actividades, que no te dejan algo bueno, que te hacen sentir mal contigo mismo, alejarte de las personas que te dañan a pesar de que las quieras; suena bastante complicado y es una cuestión de elección, de decidir todos los días mantenerte fiel a ti mismo, a lo que es mejor para ti. Es despedirte, “despedir es devolver la libertad y es retomarme y caminar sin ir a ti”.

Perdonar no es olvidar, perdonar siempre vale por dos, perdonar a la otra persona por lo que haya hecho que te haya lastimado y perdonarte a ti, porque por ahí, en el fondo, uno se siente decepcionado de sí mismo por confiar, por entregar amor, por ceder y por muchas otras cosas. Perdonar es poder recordar sin que duela y es agradecer por lo que aprendiste de la situación, hay cosas por las que es muy difícil agradecer y hay gente que posiblemente no entienda por qué agradeces algo así. Pero ¿ya notaste que si hubieras hecho algo diferente no serías la persona que eres hoy? Si hubieras tenido otra familia, si hubieras vivido en otra ciudad, si no hubieras conocido a algunas personas, si no te hubieras caído o enfermado, si no hubieras perdido a algunos seres queridos, tú no serías tú, serías alguien muy parecido.

Somos la suma de las personas que hemos conocido, los libros que hemos leído, las películas o series que hemos visto, la música que escuchamos; estamos hechos de fragmentos, de lo que vamos aprendiendo, de lo que dejamos en otros y de lo que ellos nos enseñan.

Haz una lista en tu mente sobre las situaciones difíciles que has pasado y piensa en lo que has hecho para superarlas, para sentirte mejor, para seguir con tu vida hasta el momento en que volviste a sonreír. Posiblemente escuchaste música que te gustara, saliste más con tus amigos, viajaste, eliminaste/bloqueaste gente porque sentiste que era mejor, quizá aprendiste algo nuevo o cambiaste tu estilo, hay gente que se corta o se tiñe el cabello, tal vez te volviste más unido con tu familia o conociste personas nuevas, quizá decidiste o decidieron que fueras a terapia. En este caso no hay fórmula mágica, siempre que no dañes a los demás ni te dañes a ti mismo, lo que hagas para superar una dificultad será bueno.