Por David Uriarte /

Cuando estás de suerte, estás de suerte, esto aplica para el presidente Donald Trump, a pocos meses de asumir el mando del país más poderoso del mundo, o por lo menos, uno de los más poderosos, su fama empezó a fortalecer una imagen ya conocida, pero, ahora remasterizada… Un hombre polémico, impulsivo, sin filtros en sus expresiones, visionario en los temas económicos, un tanto irreverente o irrespetuoso, prófugo de guardar las formas, en fin, un verdadero fenómeno en muchos sentidos.

La llegada del primer Papa estadounidense Robert Prevost, desde ahora León XIV, infla el ego natural del presidente Donald Trump, su actitud atinada hay que decirlo, de asistir al funeral del Papa Francisco, lo puso en el reflector de las políticas internacionales, un gesto de cortesía inusual en el presidente estadounidense.

Trump capitalizará como lo sabe hacer, las relaciones diplomáticas con el Vaticano, sacará el mayor de los beneficios y hará sus críticas ácidas cuando las tenga que hacer o cuando las condiciones no se alineen con sus deseos y sed capitalista.

La cercanía del Presidente Trump con el diablo, no es más que una analogía de sus arrebatos temerarios con todo aquel que piense diferente a él, lo mismo insulta a una figura o autoridad religiosa altamente significativa para sus seguidores, que, a un político, jefe de estado, o representante de un pueblo, grupo, industria, o país.

La actitud petulante del Presidente Trump, se acompaña de por lo menos cuatro años de impunidad en sus dichos y sus actos, mira de frente, con postura intimidante a cualquiera que se atreve a retarlo o disentir, incluso en los temas donde la guerra es el centro de la discusión, no tiene empacho en decir lo que piensa o lo que cree que debe decir tras sus impulsos incontrolables.

Estas son las posturas diabólicas del presidente estadounidense, cosa que al parecer lo tienen sin cuidado, es inmune a los diagnósticos de salud mental, aunque estén respaldados por la ciencia o grupos colegiados de estudiosos de la salud y la enfermedad mental.

En esta nueva etapa de su vida como primer mandatario, donde el Papa León XIV, tiene su origen en tierras norteamericanas, es de esperar que se asuma como amigo del representante de Pedro en la tierra, la amistad será la vía de acceso a las indulgencias papales con su paisano.

No cabe duda, cuando estás de suerte, estás de suerte.